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El Popular eleva sus beneficios un 35% y baja las provisiones

Íñigo de Barrón

El Grupo Banco Popular obtuvo un beneficio neto atribuido de 877,74 millones de euros, lo que supone un aumento del 34,8%. Estos resultados, que superan las previsiones de los analistas, se alcanzaron gracias a las menores provisiones para insolvencias que cayeron un 34,5% por la entrada en vigor de la nueva contabilidad internacional. El resto de las partidas de la cuenta de resultados crecieron el 10%. La actividad comercial mantuvo el impulso de ejercicios anteriores. El crédito subió un 22,4%, mientras que sólo el hipotecario que lo hizo en un 25,6%. Los depósitos y cuentas corrientes aumentaron un 23,4% y los fondos de inversión y pensiones un 19,1%.

Pero la máquina tiene que sosegarse. Tras este fuerte ritmo impuesto a la red, Ángel Ron, presidente ejecutivo del grupo, anunció que este ejercicio se contendrán los gastos y el crecimiento será más selectivo para no castigar los recursos propios del banco. El Popular no quiere recurrir "a corto y medio plazo a nuevas ampliaciones de capital", según Ron, ya que lastran su cotización en Bolsa. El año pasado sólo subió un 6,25%. Por eso, su objetivo será captar sólo aquellos clientes con los que obtenga rentabilidad y aumente sus márgenes.

Este reenfoque estratégico se basará en lo conseguido hasta ahora. "Contamos con las bases para crecer durante los próximos cuatro años. Nos hemos centrado en particulares y pymes dos años antes que la competencia, lo que nos da una clara ventaja", afirmó Ron. En su opinión, la captación de 534.000 clientes netos (tras perder 177.000 captados) sitúa a la entidad en una posición privilegiada. La tasa de morosidad ha mejorado hasta el 0,78% y la eficiencia es la mejor del sistema, 33,52%.

Pero descartó entrar en la guerra de las comisiones para contestar al Santander y aseguró que los clientes se mueven más por la calidad de servicio que por el precio. No obstante, recordó que el Popular no cobra por algunos servicios. Ron alabó la reforma fiscal aprobada por el Gobierno y criticó con dureza el Código de Buen Gobierno por transmitir "un mensaje de desconfianza sobre los administradores" e intentar "sustituir la voluntad de los consejeros".

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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