Diversión seria
Nacida en San Francisco y residente en Suiza, Erika Stucky es una de las más efervescentes anomalías del underground centroeuropeo. Habitual de los festivales de jazz, Stucky desarrolla proyectos tanto en solitario como en diversas formaciones (con los Young Gods, pone música en directo al documental Woodstock, mientras que con Jamaaladeen Tacuma recrea temas de Jimi Hendrix). Tiene discos deliciosos, conjugando temas propios que suenan a inéditos de Weill-Brecht con reinvenciones de clásicos del pop, el rock y los standards.
Para su estreno en España, Erika compró una escoba y un cucharón de madera. Bajando del camerino, golpeaba paredes, abría y cerraba puertas, desplazaba sillas y mesas, mientras que iba desarrollando algo parecido a un canto africano. Cuando parecía que la noche iba de falsificaciones étnicas, se acercó al micrófono y agarró su acordeón. La artista se convirtió entonces en una mezcla única entre stand up comedian y cantante de kabarett. Utilizando inglés, alemán, italiano y español, explicó algo del choque cultural que supuso pasar de una infancia en la California hippy a una adolescencia en un cantón suizo. Resulta que terminó interiorizando el folclor local: interpretó diferentes modalidades del canto yodel. Tampoco se conformó con esas lecciones. Proyectó un corto mudo donde se la ve sola en el campo, ejerciendo de madre amorosa... hasta que pierde la paciencia y, con perversa alegría, lanza al aire la criatura (en realidad, un muñeco). Ella sonoriza la historia y explica que sirve para determinar la tolerancia del público: "Muchos se horrorizan pero los padres con hijos pequeños me confiesan que entienden esa reacción".
Erika Stucky
Erika Stucky (voz, acordeón, percusión). Laydown Rest / Club. Madrid, 18 de enero.
Así que Erika Stucky es una inclasificable bestia escénica. Hoy, viernes, inaugura el cuarto Interparla, un festival teóricamente de world music que se permite libertades en su programación. Erika se presenta en Parla con su formación más convencional, el núcleo duro en sus últimos discos: el trombón de Bertl Mütter y la tuba de Jon Sass. Su lema, debería saberse, es Diversión en serio.
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