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La prueba de carga de Pla y Rubio

Hace unos meses, en Valencia, una prueba de carga en un edificio nuevo, casi acaba en una terrible catástrofe. El atrevimiento de sus líneas, me decía un entendido en la materia, era demasiado arriesgado. Durante semanas ha sido un monumento a la incompetencia o insensatez. Este es siempre un peligro a evitar en todos los campos. También en la política, ya que las piruetas se pagan caras.

El PSPV ha diseñado la campaña electoral para las autonómicas y municipales del 2007. Parece que será larga, audaz y, por lo que se aprecia, suave y progresivamente agresiva. El pistoletazo de salida ha sido contundente y, a pesar de la contraprogramación del PPCV, el arranque no ha sido excesivamente negativo. La presencia de la plana mayor del PSOE apoyando a sus candidatos ha sido lo más positivo. La continuidad de la ambigüedad era un lastre a eliminar necesariamente. Los aspirantes claros y definitivos serán: Joan Ignasi Pla en la Comunidad Valenciana y Rafa Rubio en la ciudad de Valencia. Las especulaciones se han terminado. La prueba de carga será que ambos resistan los primeros embates internos y externos. Más tergiversaciones o sutilezas pueden acabar como el susodicho inmueble...

La impresión es que Pla empieza a estar fuerte, con ánimo, y sobre todo que sus compañeros le demuestran que cada día creen más en él. Incluso a Rubio se le nota una voz distinta. Y esto no ha debido de ser un proceso fácil. Aquello de que un día pueden llegar a ser el presidente de la Generalitat y el alcalde de Valencia ya no parece tan lejano, pero sobre todo está calando entre sus más allegados. El dato más decisivo es que sus enemigos internos guardan un silencio absoluto ante el temor de que la delación anule todas sus posibilidades. Así pues, la campaña de las municipales y autonómicas del 2007 ha comenzado. La carretera y los barrios serán los grandes protagonistas. Para ambos candidatos lo más importante será creer de verdad en sus posibilidades reales de convertirse en los máximos mandatarios de la comunidad y de la ciudad. Si esta convicción no echa profundas raíces en ambos... los actos, la entrevistas, los mítines se convertirán en una auténtica farsa. Por el contrario, el convencimiento, genera certidumbre, confianza y seguridad. Los grandes líderes políticos, antes de vencer, convencen. Este es un reto para Pla y Rubio. Ambos tienen delante a dos pesos pesados con mucha experiencia política y horas de vuelo, por eso para ganarles necesitarán, entre otras cosas, persuadirse -ellos mismos- de la realidad de esta posibilidad. Los técnicos, los entornos, los equipos son absolutamente necesarios, pero, al final, la llamada "intuición" del candidato es un requisito inmediato para ganar, pero sobre todo para animar a los que les rodean. No hay nada peor que un aspirante sin ambición ni convicción. Se convierte en un muñeco de cartón piedra, en un busto parlante, sin capacidad de atraer la más mínima adhesión. Un buen diseño necesita unos buenos materiales. Pero lo mejor, las ganas...

Hace unos años conocí a un candidato a alcalde de una gran ciudad latinoamericana. Aquel hombre, en ese momento, se encontraba muy lejos en las encuestas. Prácticamente no tenía ninguna posibilidad. Durante varios meses seguí, gracias a Internet, su progresiva ascensión. Al final, logró la vara de mando de su ciudad. E incluso, hoy, gracias a su prestigio y buen hacer es posible que sus votos sean decisivos para llevar a la presidencia de su país a la líder de su coalición. Si en aquel momento me hubieran preguntado qué vi en aquel hombre, solamente hubiera dicho dos cosas: transmitía preocupación social y ganas de vencer. Ambas convicciones, desde mi punto de vista, le llevaron a la victoria. Un buen programa es necesario, pero al final todo el mundo sabe que las elecciones las gana el que más y mejor sabe transmitir un mensaje que engancha al electorado indeciso. Que sea capaz de tener un discurso que conecte con esa masa de gente que no esta afiliada "ni de iure ni de facto" a ningún partido político, pero que desea escuchar cosas sensatas y realizables, dichas, sobre todo, con calor y convicción. La pasión política se vive o no se vive. Esta es la cuestión. Después, por supuesto, cuenta también las posibilidades reales de "usar" los medios de comunicación, y mucha calle...

Camps y Rita tienen que espabilarse, Pla y Rubio acechan, y, además, esta vez con toda la artillería y el apoyo de Madrid. La excesiva confianza o la autocomplacencia no son buenas consejeras. Si Pla y Rubio logran que la sensación y la necesidad de cambio calen, pueden lograr el sorpasso. En los próximos meses lo veremos.

José Luis Ferrando Lada es profesor en la UNED.

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