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Magüi Mira y Carmen Conesa interpretan 'Hielo y fuego', una obra que aborda el drama de la pederastia

Pederastia. Con sólo mencionar la palabra la polémica está servida. Viene en la naturaleza de la trama que trata la obra Frozen, de Bryony Lavery, y que Nieves Gámez lleva a los escenarios españoles con el nombre de Hielo y fuego. Se trata de un oscuro viaje con el tema del abuso infantil y el asesinato como telón de fondo, que interpretan Magüi Mira, Tomás Gayo (responsable de la producción) y Carmen Conesa, y que está en cartel desde hoy hasta el próximo 5 de febrero en el Centro Cultural de la Villa.

"El teatro es un hecho vivo y lo mejor de esta obra es que estamos haciendo teatro contemporáneo. Esa madre existe, está en alguna casa", comentó ayer la actriz Magüi Mira en la presentación de la obra en Madrid, junto al reparto, a la directora de la obra -Nieves Gámez- y a la responsable del Centro Cultural de la Villa, Mora Apreda. Y es que casi a diario los medios de comunicación informan de casos de abusos sexuales a menores, que con frecuencia son asesinados por sus verdugos. Pero lo que plantea con valentía la autora del texto es "si es posible el perdón y la compresión del asesino, sin justificar lo que hace", según Nieves Gámez.

Hielo y fuego cuenta la historia de Nancy Shirley (Magüi Mira), madre de una niña desaparecida a la edad de cinco años y que vive desde hace una década a la espera de recuperar a su niña o ver a su asesino entre rejas. En su vida aparece Agnetha (Carmen Conesa), una psiquiatra que investiga a los asesinos en serie y que cree que la maldad no existe sino que responde a la patología de quien la ejerce. El trío se completa con Ralph (Tomás Gayo), que en un periodo de 20 años ha matado y violado a siete niñas. También intervienen Antonio Castro y Mundo Prieto.

"La obra presenta tres arquetipos diferentes pero desde el lado más humano de cada uno, y además lo hace desde un humor muy ácido", señala Gámez, que añade: "El ser humano no sería capaz de soportar el drama sin esos momentos de humor que nacen en la cotidianidad". La puesta en escena del montaje, según la directora, pretende ser una metáfora de los "sentimientos congelados" de los personajes. Anécdotas no han faltado sobre la reacción del público respecto a la obra, montaje que se ha presentado ya en El Escorial, Sevilla, Albacete y Murcia. Los miércoles, después de la representación, se celebrará un coloquio con el público coordinado por la actriz Geli Albaladejo.

"Después de la función el público siempre quiere matarme", dice Gayo, quien define la obra como "un canto a la humanidad", ya que la moraleja final "es que hay que proteger a la niñez". A lo que Carmen Conesa añade: "El perdón o no perdón es el gran debate de esta obra".

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