Discriminación

El pasado domingo fui discriminado por mi condición provinciana en un servicio público. La víspera había viajado desde Utrera a Sevilla en Cercanías y había enlazado con un Regional hasta Córdoba. Por alguna razón que no alcanzo a entender, no puedes sacar un billete de ida y vuelta en Cercanías si no viajas en el mismo día. A las 20.00 del domingo estaba de regreso en Santa Justa. El fin de semana pre-navideño había causado en los cajeros automáticos de la estación los mismos estragos que en mi cartera, así que me dirigí a Venta de billetes, donde se me informa que no puedo pagar con tarjeta.

En Atención al cliente, explico que no tengo dinero efectivo, no funcionan los cajeros y necesito regresar a casa. Amablemente me informan de que el sistema no permite la venta con tarjeta de crédito de títulos de Cercanías -sí de Grandes Líneas, AVE y Regionales-, y se me invita a buscar un cajero automático en la calle.

Tras la pertinente reclamación y desafiando la sinrazón, subí al tren. A la postre, no pasó el revisor y viajé de balde, pero esto es anecdótico.

Las Condiciones Generales de los Contratos de Transporte de Viajeros (www.renfe.es/atencion_cliente/) establecen que el pago del importe de los billetes se efectuará en moneda de curso legal o en otro medio de pago que Renfe autorice.

Al parecer "el sistema" lo autoriza para todos los casos, salvo para los que, por ser de pueblo, usamos el servicio de Cercanías. Discriminación por razón de origen, o más bien de destino, digo yo.