Unicaja retrata al Madrid

Las comparaciones son odiosas, pero resultan necesarias. En un partido crucial, pues estaba en juego meter la cabeza en la Copa, Unicaja retrató al Madrid y le colocó en una situación ciertamente complicada, obligado a ganar el próximo fin de semana en Badalona ante el mejor Joventut de los últimos años. Lo hizo desplegando todas sus virtudes. El malagueño es un equipo solvente, trabajado técnicamente, perfectamente dirigido y con un montón de jugadores curtidos en mil batallas y que respondieron a la perfección a todas las exigencias que le planteó el partido. Sobre todo en la segunda parte, cuando el Madrid, siempre de forma desordenada y heterodoxa, puso el encuentro en una carril sumamente emocional. Nada ni nadie les hizo descarrilar ni mucho menos perder el norte y en un trabajo de conjunto destacable lograron una de esas victorias importantes, por el prestigio que otorga y por las consecuencias clasificatorias.

Fue un choque de sumo interés donde las virtudes que puso en el tapete el Unicaja se desarrollaron en los terrenos donde el Madrid cuenta con sus mayores carencias, como son, entre otras, la dirección en el campo o los recursos ofensivos. Los de Scariolo tuvieron siempre un comportamiento coherente, basado en la inteligencia en el juego que atesora gente como Garbajosa, impecable una vez más, Berni o el talentoso Marcus Brown, que se pasó toda la primera parte de mirón por dos faltas cometidas en los dos primeros minutos de juego, pero que apareció cuando más le necesitaba su equipo. Después de una primera parte que Unicaja dominó de cabo a rabo (27-39) el Madrid decidió tirar por la calle de en medio. A base de jugadas intempestivas, triples al límite y los momentos más efectivos de Felipe Reyes y Rakocevic, los blancos se metieron otra vez en el partido con un parcial de 11-0 (38-41, minuto 25) que hizo tambalear por primera y única vez el aseado comportamiento de Unicaja. Era uno de esos momentos importantes en los que los jugadores de categoría están obligados a hacer acto de presencia. Brown y Garbajosa lo entendieron así y abortaron la encorajinada reacción blanca (43-52, m. 29). El partido no se cerró definitivamente, pero a partir de ese momento entró en una dinámica que duró hasta el final. Arreones del Madrid, siempre de forma deslavazada y contestaciones colectivas de Unicaja.

Finalmente, Unicaja se llevó el botín. Justa recompensa a un encuentro que resulto perfecto contraste entre un equipo que cuenta con muchas respuestas y otro inmerso en todo tipo de dudas. Una última comparación significativa. Ambos equipos ficharon un gigante para esta temporada. Santiago, el del Unicaja fue protagonista y apunta maneras más que interesantes. Del madridista llamado Sinanovic, no se tienen noticias. Los partidos no sólo se deciden por lo que ocurre en los 40 minutos.