Oración, dulces y regalos
Los musulmanes de Alicante y Valencia celebran la Fiesta del Cordero en mezquitas, naves industriales y polideportivos
"Me gusta este día porque dan regalos, matan un cordero y te pones ropa nueva". Como esta niña, vestida de domingo y encantada de estrenar zapatos, otros tantos correteaban ayer en el vestíbulo del polideportivo municipal de El Cabanyal de Valencia, mientras sus padres y sus madres asistían a la oración sobre el parqué de las instalaciones deportivas convertido en oratorio improvisado.
"En la mezquita no cabemos y alquilamos instalaciones más grandes", apuntaba Mohammed, representante del Centro Cultural Islámico de Valencia, la entidad que organizó el acto. "El año pasado el día cayó en festivo y vino mucha más gente, pero hoy al ser un día laborable la afluencia ha sido menor", explicaba. La celebración, también conocida como fiesta del sacrificio (aid al-adhá), conmemora el episodio en el que Dios pide a Abraham que inmole a su único hijo, Isaac, para comprobar su fidelidad. Al comprobar que está dispuesto a hacerlo, Abraham, siguiendo las órdenes de Dios, sacrifica a un cordero, circunstancia que da nombre a la celebración.
En ese día los musulmanes que han acudido a la Meca concluyen los ritos de su peregrinación y, después de la oración especial, sacrifican -en la mayoría de los casos compran carne sacrificada según establece el rito- un cordero. Se trata de la fiesta mayor del calendario lunar musulmán y está al nivel de la celebración que realizan los musulmanes al término del Ramadán.
Entre los que se desplazaron al polideportivo del antiguo barrio marinero de Valencia se encontraba Nazar junto a su hija. "Todos los años acudimos a la celebración", apuntaba. En este día "se hacen regalos a los pobres, se perdona a las personas con las que has tenido problemas, se reúnen las familias, es un día de perdón y solidaridad", señalaba. Junto a ellos, Mohammed y Adel, marroquíes, y Mari Carmen, española, explicaban al término de la oración, entre los dulces que se repartían a la salida, la naturaleza de este día. "Se aprovecha para visitar a la familia, es un día de alegría, los niños estrenan ropa nueva, se les hace regalos..."
En Alicante, la Fiesta del Cordero congregó a unos 500 musulmanes en la nave industrial que el ayuntamiento ha cedido a la comunidad islámica para realizar sus ritos, a las afueras de la ciudad. A pesar de ser la efeméride más destacada del calendario musulmán, muchos adeptos renunciaron a la cita religiosa dado que se trataba de un día laborable. A esta dificultad se sumó las intensas precipitaciones a lo largo de toda la mañana que, como en cada ocasión que se registra un episodio de lluvias por leve que sea, volvieron a ocasionar formidables atascos de tráfico. Muafak Alhallaq, portavoz del colectivo musulmán, señaló que de no haber coincidido estos condicionantes, la fiesta del cordero hubiese congregado a cerca de 1.600 musulmanes. El acto religioso comenzó con casi una hora de retraso. Dos autocares, repletos hasta la bandera, trasladaron a los fieles que requerían transporte hasta el polígono del Pla de la Vallonga, en el extrarradio de la ciudad. Durante una hora, el imán dirigió el tradicional rezo en el que se rememora el sacrificio de Abraham. Tras el acto religioso, algunos devotos volvieron a desdeñar las deficientes condiciones de este local, cedido por la empresa Inusa, para practicar en condiciones sus ritos.
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