La flor del Madrid
La gloria nunca ha sido tan fugaz como en estos tiempos donde el presente condiciona casi todos los análisis. Que se lo pregunten al Madrid. Después de unos años erráticos, donde desfilaron demasiados jugadores y entrenadores y cada temporada se saldaba con una decepción, el fichaje de Maljkovic y la formación de una plantilla sensata pareció ser el primer paso hacia la reconstrucción de una sección que parecía sufrir males incurables. Los resultados de la primera temporada con el laureado técnico superaron todas las expectativas. El público volvió a responder, el equipo fue de menos a más y con el triple de Herreros el Madrid se coronó ante la sorpresa de propios y extraños. El título liguero debía ser el argumento expeditivo que confirmase la idoneidad del camino recorrido y sirviese para ahuyentar fantasmas y pesadas losas en un colectivo que le guste o no, tiene que lidiar con el peso de una camiseta y un club al que no le sirve nunca ser segundo. La travesía del desierto había terminado y el futuro no mostraba demasiadas sombras. Pero hete que comienza la temporada de la confirmación y desde luego si a algo recuerda este Madrid es al de los años donde pasó de actor principal a uno de reparto. Por un lado los defectos que ya mostraba la temporada pasada, como la falta de una dirección coherente en la cancha o la ausencia de un pívot experto y resolutivo no han sido paliadas. Por el otro, las virtudes que le llevaron al éxito como su solidez defensiva o una despliegue físico que terminaba por doblegar a muchos contrarios ahora aparecen de una forma mucho menos eficaz.
Hasta aquí lo que se ve desde fuera. Lo de dentro lo explicó Maljkovic en una entrevista en este periódico. Resumen: "el equipo está incompleto desde pretemporada. La lesión de Rakocevic nos ha matado. No hay crisis. En las montañas altas hay mucho viento. Nos merecemos más respeto. Quería hacer algo diferente, atípico, con jóvenes. La gente y los ojeadores de la NBA vienen a vernos entrenar porque ven una flor que crece cada día. Somos guerreros en positivo. Algunos antes de escribir un artículo se toman un vaso de vinagre. Son como ratones que salen de lo oscuro cuando pierde el Madrid". Una entrevista muy completa con la siempre efectiva mezcla de una realidad muy personal, explicaciones que algunas suenan a justificaciones, justificaciones que a veces suenan a excusas, muchas buenas intenciones, un par de palos a los críticos con el justo toque de victimismo y ninguna autocrítica. Todo lo que se ha hecho ha estado bien hecho y lo que no, ha sido porque no se ha podido.
Entre lo que se ve y lo que explican los protagonistas, uno se hace su particular esquema. Por encima de los números, los equipos despiden sensaciones, y más allá de detalles puntuales, la impresión es que el Madrid no está dando el paso adelante previsto apuntalando la base que tenía. Utilizando el lenguaje metafórico de Boza, la flor ha dejado de crecer. Aunque ya se sabe que en cuestiones de floristería, como ocurre con la gloria, todo puede resultar efímero.
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