Meca, rey del Mediterráneo
El nadador completa la travesía entre la Península y Baleares en 22 horas y media
Salió del agua hecho puré y tuvo que ser rápidamente asistido y trasladado al hospital ibicenco de Ca'n Misses, pero David Meca se salió una vez más con la suya. "Es que se le mete una cosa en la cabeza y no para hasta que la consigue", decía, con voz entrecortada por la emoción, su madre, María Dolores. Y eso que ya está acostumbrada tanto a las victorias deportivas -es el vigente campeón mundial de larga distancia en aguas abiertas- como a los retos que corre por su cuenta y riesgo: travesía del Canal de la Mancha, del Estrecho de Gibraltar, desde la prisión de Alcatraz hasta la costa de San Francisco con grilletes en los pies, entre La Gomera y Tenerife y un intento en el lago Ness. Pero nada de todo ello es comparable al supermaratón acuático que supone cursar los 110 kilómetros que separan Xàbia (Alicante) del puerto de Sant Antoni de Portmany (Ibiza). Nadie lo había logrado antes. Y Meca lo consiguió. El tiempo estimado que debía invertir entre la Península y las islas Baleares estaba en torno a las 36 horas. Él zanjó la aventura en sólo 22 y media.
El campeón mundial de larga distancia sufrió picaduras de medusas y principio de hipotermia
"Es complicado establecer una relación de tiempos y distancia. Lo importante es que haya logrado completar la travesía", cuenta Eugeni Ballarín, responsable del equipo español de larga distancia; "es algo muy duro de soportar por la época del año; por lo fría que está el agua, aunque los trajes de neopreno lo mitigan, y sobre todo por lo que supone estar más de 20 horas seguidas nadando, día y noche, soportando el oleaje y todos los inconvenientes que te puedes encontrar en mar abierto. Es preciso tener la cabeza muy fría en todo momento".
En julio de 2005, en Montreal, Meca ganó el Mundial de larga distancia completando los 25 kilómetros en cinco horas justas. La travesía que ha efectuado esta vez no está bajo la supervisión de la Federación Internacional de Natación, por lo que no tiene los requisitos de las pruebas oficiales y, por tanto, no obliga a pasar un control antidopaje. Pero, en cualquier caso, nadar 110 kilómetros en poco más de 22 horas y en aguas abiertas es una gesta también en cuanto a la rapidez de la ejecución. Por ejemplo, el australiano Grant Hackett ostenta el récord mundial de los 1.500 metros con una marca de 14m 34,56s, naturalmente obtenida en una magnífica piscina climatizada y sin oleaje ni otros inconvenientes. A ese ritmo imposible, habría tardado casi 18 horas en nadar desde Xàbia hasta Sant Antoni de Portmany.
Meca, nacido en Sabadell (Barcelona) hace 31 años, sufrió un principio de hipotermia, una contractura muscular en un brazo y algunas picaduras de medusas. Fuentes del centro sanitario en el que fue ingresado indicaron anoche que sus constantes vitales eran buenas y que se le administró suero. Su intención es abandonar hoy el hospital y ofrecer, en conferencia de prensa, sus primeras impresiones sobre su hazaña.
Debido a que Meca no pudo articular palabra cuando llegó poco antes del mediodía de ayer a Ibiza, fue su padre, José, quien explicó que su hijo pasó por momentos de verdadero miedo. "En especial", dijo, "cuando avistamos una aleta que parecía de un tiburón, pero que finalmente resultó ser de un pez luna".
Debido a problemas con el foco que le marcaba la trayectoria desde la embarcación que le acompañó, Meca incluso tuvo que nadar durante algunos momentos a oscuras. Eso le hizo perder la noción del equilibrio, se mareó y sufrió algunos vomitos. "Fue el momento de mayor peligro. En el mar te puedes encontrar con muchas sorpresas, incluidos restos de madera flotando", explicó su padre. En la embarcación de apoyo, además de los médicos, se encontraban la nadadora checa Ivetta Hlavackova y su amigo Javier García, que apoyaron en todo momento a Meca.
Ahora nadie sabe cuál puede ser el próximo reto de Meca. El director técnico de la federación, Carles Subirana, le invita a mantenerse en activo hasta los Juegos Olímpicos de Pekín 2008: "Ha sido muy importante para la natación española, ha creado una escuela en la modalidad de aguas abiertas y no debería retirarse sin buscar una medalla en la cita de China. Un podio sería un gran galardón para culminar su carrera deportiva en pruebas oficiales". Pero Meca no tiene previsto competir este año. Su objetivo más inmediato es recuperarse lo antes posible del tremendo esfuerzo que le ha supuesto su logro descomunal de ayer, destinado a permanecer en los anales.
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