IU de Cataluña pide que la federación andaluza respete la reforma estatutaria

El debate sobre la reforma del Estatuto catalán ha ahondado aún más la fractura interna de Izquierda Unida, una federación que aún vive la resaca de la última asamblea, que ganó Gaspar Llamazares con un porcentaje ligeramente inferior al 50%. El coordinador general de EUiA (el referente catalán de IU), Jordi Miralles, exigió ayer en Barcelona a los dirigentes de la federación andaluza que "no se entrometan" en la negociación del Estatuto catalán, "practiquen más la democracia" y "respeten" la propuesta de nuevo Estatuto aprobada por el Parlamento catalán.

Tanto Felipe Alcaraz, presidente del PCE, como Antonio Romero, parlamentario andaluz, y Ángel Pérez, diputado en el Congreso, han criticado la decisión de Llamazares de presentar una sola enmienda a la exposición de motivos del Estatuto, sin tocar el articulado. Todos le acusan de "incumplir" los acuerdos del último Consejo Político Federal, porque entienden que allí se decidió enmendar el Estatuto al menos en lo que se refiere a financiación. Pero la dirección recuerda que la resolución que se votó entonces no habla de enmiendas concretas, y por eso ha optado por esta fórmula que no entra a discutir el eje de la propuesta de Estatuto.

Ángel Pérez, el único que tiene la posibilidad de romper la disciplina y votar contra el Estatuto, ha sido el más duro contra Llamazares y, en declaraciones a Europa Press, señaló que considera "indignante" que no se presentaran enmiendas al articulado acusó a Llamazares de "reírse de la organización".

Es una polémica similar a la que se ha vivido en Izquierda Unida con las últimas decisiones importantes, como el apoyo a la Ley de Defensa y a los Presupuestos, o la abstención frente a la Ley de Educación. Pero esta vez el enfrentamiento ha llegado más lejos.

La dirección de Izquierda Unida, a través de su coordinador de Organización, Joan Josep Nuet, miembro de EUiA, ha amenazado con llevar el conflicto a la Comisión de Garantías de IU porque entiende que dirigentes como Felipe Alcaraz, líder de la oposición a Llamazares, "se están situando al margen de la organización". "Desde la inconsciencia o la premeditación, la minoría crítica está provocando una reiterada imagen de crisis que a nadie beneficia cuando estamos emplazados a unas elecciones en menos de 18 meses", manifiesta la dirección.

Llamazares demostró el pasado noviembre que cuenta al menos con el 55% de la organización, y eso le parece suficiente para asumir una batalla abierta con sus opositores.