A Etxeberria le basta jugar hoy para renovar hasta 2009

Cuando Etxeberria salte hoy al césped de San Mamés, a eso de las diez de la noche, acudirá con el equipaje habitual y una ampliación de contrato en el bolsillo hasta junio de 2009. La llegada del difunto presidente Javier Uria al Athletic estrenó los contratos por objetivos: así juegas, así ganas y así renuevas, venía a decir la nueva filosofía, aunque no era una matemática exacta.

Aquella filosofía le ha llegado ahora a Etxeberria, probablemente el baluarte emotivo de una plantilla que va cambiando poco a poco. Etxeberria renovó su contrato con el Athletic en julio de 2003 hasta junio de 2007, pero el acuerdo incluía una cláusula de renovación automática. Desde entonces, cuando el jugador añadiese 100 partidos oficiales más a su currículo, su contrato se vería ampliado automáticamente hasta 2009. A Etxeberria le ha sobrado tiempo. Aún le restaban media temporada actual y toda la siguiente.

Hoy saltará a San Mamés con su continuidad asegurada hasta los 31 años, en lo que espera que no sea su "último" contrato, según ha afirmado.

Etxeberria llegó al Athletic en 1995 tras una fuerte polémica con la Real Sociedad que concluyó con la ruptura de relaciones entre ambos clubes, luego restablecidas. Tenía 17 años y todo por demostrar. Desde entonces se ha convertido en el octavo jugador rojiblanco con más partidos de Liga (349) y el décimo con más encuentros oficiales disputados (401). Pero, además, es el jugador no surgido de la cantera de Lezama con más partidos como jugador del Athletic.

La tenacidad ha sido su arma. Ha vivido tiempos de gloria y decadencia. He perdido velocidad, incluso en algunos momentos olfato de gol. Pero Etxeberria nunca ha cambiado su forma de jugar. Sus duelos con Roberto Carlos en San Mamés han sido apasionantes. El brasileño, aunque el marcador no agobiase, no ha solido prodigarse en el ataque, demasiado pendiente de las artes y triquiñuelas del delantero guipuzcoano. Hoy se las verá con Raúl Bravo, un futbolista más visceral y defensivo en el partido que prolongará su vida rojiblanca.