La fórmula televisiva de la Nochevieja
Un repaso a la ceremonia televisiva de la Nochevieja, con las campanadas como obligación y ritual, muestra lo que tienen de similar y distinto las diferentes cadenas. TVE celebró, además, que cumple este año su 50º aniversario. Lo más nuevo y reformista corrió a cargo de la nueva Cuatro. Hubo generosos escotes en algunas cadenas y, en algunas, llamativas intromisiones publicitarias en plenas campanadas.
TVE-1
Fin de año y aniversario
Televisión Española no sólo celebró el paso de un año a otro, sino el inicio de su 50º aniversario. La carta de ajuste de su primera emisión abrió el paso a un programa que tuvo como aperitivo un montaje de escenas de archivo que abarcaban cinco décadas de historia televisiva y, para abrir boca, un primer entremés de Rocío Jurado. Vendrían más, de ambas. Inmediatamente se pasó al brindis principal, el de las campanadas. Los personajes de Cuéntame... eran el hilo conductor del nostálgico álbum de recuerdos.
Pero eso fue después de las uvas. Anne Igartiburu y Ramón García fueron breves y espontáneos. Ella no tardó en despojarse de la capa, que ya dejaba al descubierto su broncíneo escote, para lucir un ligero vestido de transparencias, y sin un escalofrío. Fue lo único llamativo en un relato convencional de las tradicionales campanadas de Nochevieja. Antes y después del momento clave, los anuncios más vistos del año (Coca-Cola y McDonald's, tomen nota), dieron paso a un extenso programa de variedades con repetidas intervenciones de la diva de la canción española.
Entre copa y copa, un concurso pedía al público que mandara mensajes telefónicos para ganar premios. El negocio número uno de la tele. Ya decía Bertín Osborne, casi resignado: "Los presentadores ya no somos presentadores, ahora parecemos bingueros".- FIETTA JARQUE
ANTENA 3
El baño de los sexos
En el larguíííísimo especial con el que Antena 3 estrenó el año hubo sólo dos imágenes que podían sobresaltar a la familia: el pene y la vagina que nadaban mientras cantaba Miguel Bosé. El resto fue previsible, cansino, repleto de los tópicos que hacen que estos shows parezcan de hace treinta años. ¡Si hasta actuó Chiquito de la Calzada! ¡E Isabel Pantoja! ¡Y Chenoa! La selección nacional. A la niña que canta, como era muy tarde, la hicieron brindar..., con un vaso de leche, seguro que catalana. Es curioso que sea José Luis Moreno quien produzca el vibrante Aquí no hay quien viva, que precedió a este 2006 Pásalo, y sea también quien firme esta sucesión de lugares comunes a los que estuvieron sujetas las estrellas de la cadena, y en primer lugar Silvia Jato, Cantizano y el gavilán Michel Brown. En un programa así, tener a Ana Belén y a Ainhoa Arteta era como ponerle a Cristo dos pistolas. Las campanadas las dieron dos estrellas de Aquí no hay quien viva, Mariano ("¡Viva el culto al cuerpo!") y el niño. Podían haberse quedado, pero con sus guionistas. Cuando vi los sexos que nadaban con Bosé pensé que estábamos al borde del atrevimiento.
Y luego añoré a Fernando Tejero, que en el programa anterior había dicho su famosa frase, aplicable también a la noche de Antena 3: "¡Un poquito de por favor!".- JUAN CRUZ
CUATRO
Humanos y guiñoles
Cuatro eligió los videoclips para animar un cambio de año alterado por medidas antitabaco que no han provocado ni una triste cacerolada de protesta.
Las medidas las impone el Gobierno de un país que el sábado practicó un alcoholismo masivo, supongo que para dar ejemplo. Las empresas de parches de nicotina estuvieron más presentes que nunca en un día proclive a prometer dejar los vicios. La eficaz ristra de vídeos presentados por Frank Blanco, Alicia Roy, Sira Fernández y otros iconos de la cadena se abrió con el ilíaco baile de Madonna, ampliamente superado por el escote de Carmen Alcayde en Tele 5. Fue un viaje por lo último de una industria con más piratas dentro que fuera y en la que lo último pueden ser The Rolling Stones (¿qué le diría Victoria Adams a Mick Jagger si acosara a Beckham?, ¿anciano geriátrico?).
Modificando la feliz tradición de los especiales de Los guiñoles de Canal +, Cuatro combinó el explotado tirón de Eva Hache con el guiñol de George Bush para servir sus uvas de lata. Un muñeco humanizado y una humana enmuñecada capearon un ritual en crisis. Entre la presión de la publicidad del año saliente y la del entrante, el formato no existe.
Se optó, pues, por ridiculizar a Bush, al que la historia tendrá que agradecer su rentabilidad audiovisual (dos series de ficción cómica, la fortuna de Michael Moore y miles de parodias). Humanizar el delirio guiñolesco nos situó en una fórmula más reformista que rupturista. Cuatro lleva poco en la selva generalista en abierto y parece descubrir que su deseo de ser la nueva televisión es un reto tan doloroso como dejar de fumar.- SERGI PÀMIES
Tele 5
Sacrilegio en las campanadas
Antes de que empezara la fiesta en Tele 5 ya habíamos visto en todos los telediarios que en Australia llevaban medio día en el 2006, lo que nos reavivó un atávico sentimiento de atraso. Tele 5 no se tomó muchas molestias. Terminó y empezó el año, salvo las campanadas, con un programa grabado en noviembre en Barcelona.
Filosóficamente no es muy apropiado festejar con algo que pasó la llegada de algo nuevo, ni que sea el 2006. Ofreció un concierto de los chicos de Operación Triunfo. Aquel día de noviembre estuve en el Sant Jordi. En las gradas, la mitad del público era menor de edad, y la otra mitad, sus acompañantes. Unos forzosos y otros contentos de tener una excusa presentable para ir a ver a esta simpática tropa. Estos multitudinarios conciertos, aunque estés en directo, ya son muy televisivos. Si estás lejos del escenario... lo que miras es una pantalla de vídeo. Los artistas son minúsculas figuritas en una tarima que, a pesar de que Tele 5 tenía previsto explotarlo en Nochevieja, era de una llamativa pobreza.
En el recital se pudieron escuchar mensajes tan tiernos como "Besarte es como comer naranjas en agosto". Con este clímax lírico empezó el año televisivo de la Cinco. Las campanadas las dieron desde Asturias. Nada es gratis. En Asturias pasa, como dijeron, una serie que estrenará este mes la emisora. TV-3 también eligió para este gran momento otro espacio de sus ficciones, Breda. Tele 5 ahorró a sus clientes la ansiosa espera para ver cuál era el primer anuncio del año: lo sobreimpresionó mientras sonaban las campanadas.
En sí mismo no es una novedad. Lo hicieron otras cadenas y la propia emisora lo había hecho. Pero es que el nombre de la marca patrocinadora iba apareciendo letra a letra con cada campanada. A los atávicos nos pareció un sacrilegio.
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