Inmersión africana

A veces, después de un año de mucho estrés, Iñaki Gabilondo, director de Noticias Cuatro, hace las maletas y se pierde en algún rincón apartado de África: "El encuentro con una realidad de carencia, sencillez y pobreza me recoloca el corazón y la cabeza".

Cuente uno de esos viajes.

Fue hace 12 años, en Costa de Marfil. Yo ya había estado varias veces acompañando a los Reyes en algún viaje oficial. Conocía la capital, Abiyán, y Yamusukro. Allí, en medio de la selva, el presidente Félix Houphouet-Boigny había construido una basílica igual a la de San Pedro. Me gustó el país y, después de un año brutal de trabajo, me fui un mes para allá solo.

¿Cómo se movía por allí?

Iba en coche con un guía que era musulmán y que paraba cada hora a rezar. Recorrimos kilómetros y kilómetros de polvo, durmiendo en sitios extravagantes y parando en poblados con cabañas de hoja de palma de coco donde convivían las supersticiones con el impacto de la televisión. Todo ese juego de contrastes donde se pone de manifiesto la gigantesca contradicción de África.

Tendría muchos encuentros peculiares.

Recuerdo una especie de pequeño hechicero cochambroso que llegó a un poblado y empezó a contar viejas historias con canciones a los niños, algo así como un juglar. Fue lo que más me impactó. Ese personaje y el encuentro con el animismo, la creencia según la cual nuestros antepasados muertos viven entre nosotros. Estando allí te das cuenta de que realmente lo sienten así. Antes de dar un trago de agua, por ejemplo, echan al suelo un poco para que sus antepasados también beban. Debe de ser un sentimiento bastante consolador.

Cuando alguien hace un viaje así, ¿está buscándose a sí mismo?

No sé si se trata tanto de lo que se busca como de lo que se huye.

Entonces, recomienda la experiencia porque...

Porque no hay nada más clarificador física y mentalmente. En general, recomiendo a la gente que se salga de las rutas turísticas y se meta 300 kilómetros en el interior del país que visite, sea el que sea. Ahí es cuando empiezan a pasar cosas interesantes.