_
_
_
_
_

Medio siglo después

La popularmente llamada carrera del pavo, que se celebra en Segovia coincidiendo con las fiestas navideñas, ha contado en la edición de este año con un participante de excepción, el septuagenario Domingo Estebaranz, que ganó esta prueba en los años 1955 y 1956. Dedicada exclusivamente a las bicicletas sin cadena, con pocos cambios en su historia más que los relacionados con el itinerario original -parte del cual discurre ahora paralelo al acueducto- o con el primer premio, que en la posguerra se cambió por un pollo, porque comer pavo era de pudientes, la carrera es ya cita obligada de ex profesionales, como Pedro Delgado, que no logra alcanzar podio, aunque reconoce que cada año mejora en posición y avanza más metros. Estebaranz, que lució un jersey con el texto "50 años después, participo", recibió una placa de reconocimiento del alcalde segoviano, Pedro Arahuetes, tras entregar los trofeos a los ganadores de sus categorías: Carlos Dávila Polo, en máquinas con ruedas normales; Alfonso Martín Otones, en bicicletas con ruedas excéntricas, y Carlota Cotelo Vallejo, como primera mujer clasificada, que recibieron un pavo, un pato y un pollo, respectivamente.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_