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Crónica:FÚTBOL | 17ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Betis se da un gustazo

El Alavés falló un penalti en la primera mitad y entregó el partido

La web del Betis pedía apoyo a su afición, antes del partido ante un rival directo, el Alavés, tan asustado como él. De haberle puesto música al mensaje, el programador lo tenía claro: "Ansiedad", de Nat King Cole. Porque el Betis juega con asiedad, con prisa, con necesidad, con nervios, con lo que haga falta y con poco fútbol. El Alavés también. Convencido de que lo suyo es jugar al fútbol fuera de casa se plantó en el Ruiz de Lopera como si estuviera en la mitad de la tabla, como si lo presidiera Gonzalo Antón y lo entrenase Mané. Jugando como quien lava, es decir con un punto de feliz rutina, desarmó al Betis de Nat King Cole hasta que llegó la jugada fatídica. No, no fue el gol de Fernando, marcado en el momento exacto que acababa la prolongación del primer tiempo en la primera jugada hilvanada por el equipo verdiblanco. El momento decisivo ocurrió veinte minutos antes, cuando Nené tiró un penalti (dudosíosimo de Juanito al brasileño) a las manos de Doblas. Ahí murió el Alavés y nació el Betis.

Probablemente ahí comenzó el partido. Hasta ahí sólo habían ocurrido dos cosas: un error clamoroso de Melli que no pudo aprovechar Bodipo y la lesión de un asistente al que tuvo que sustituir el cuarto árbitro. Pero a partir de entonces resurgió el Betis como si el escalofrío del penalti le hubiera llegado al tuétano. Y marcó Fernando cuando el árbitro casi se echaba el silbato a la boca para irse al vestuario. Todo fue gracias a un pase inteligente de Joaquín, apagadito como anda este año pero con dosis de calidad que ofrece a cuentagotas. Y luego el Betis que creyó en sí mismo, por más que su centro del campo sea puramente corretón, pero suficiente para hundir al Alavés que seguía dando vueltas al penalti fallado. Tantas vueltas le dio que mientras tanto el Betis se dedicó a jugar, a intentar paredes, a disparar con rosca (como Edu) y a marcar otro gol en otra acción inteligente de Joaquín que se la dejó a Xisco para que con confianza y algún rebote lograra el segundo tanto.

Total que el Betis, nacido este año para sufrir, acongojado por la salida briosa del Alavés, acabó disfrutando del fútbol, aprovechando la fuerza de Rivera o la inteligencia de Joaquín para olvidarse de sus males. Incluso Joaquín tuvo tiempo de cambiar las asistencias por el gol y darse el gustazo de marcar el tercero. Lo merecía.

Corominas se anticipa de cabeza a un balón por el que también pugnaba Joaquín.
Corominas se anticipa de cabeza a un balón por el que también pugnaba Joaquín.PÉREZ CABO

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