Bronca en Chamartín
El Madrid empata con Osasuna tras un partido lleno de mamporros, y el público abuchea de nuevo a los madridistas
Con muchos mamporros y apenas unas gotas de fútbol, el Real Madrid y Osasuna libraron un sucio combate del que salió fortalecido el equipo navarro (1-1). El grupo de Javier Aguirre resistió desde el minuto 15 con diez jugadores y la baja de Valdo, al que retorció el tobillo Roberto Carlos, lo que prendió la mecha de la batalla posterior. Expulsado Puñal, el Madrid, con todo a favor, no supo manejar el partido y, de nuevo, se ganó la bronca de la hinchada. Quién sabe si no fue el veredicto para López Caro, sobre el que el Madrid tomará una decisión esta misma semana, según dijo ayer el vicepresidente Emilio Butragueño. Una pitada con los mismos decibelios, más o menos, terminó con la etapa de Vanderlei Luxemburgo.
Abucheados Baptista y Robinho y evaporado Ronaldo, el Madrid estuvo atascado hasta que un gran pase de Guti, al que Zidane puso el hilo, permitió empatar a Soldado, el joven que 24 horas antes, en Málaga, había jugado noventa minutos con el Castilla. Así está el Madrid, rescatado por un chico que ha tenido que doblar la jornada. Ni el mayor orden establecido por López Caro le permite despegar. El equipo está tieso y sus mejores jugadores no se reconocen. No hay receta que los active, de ahí que ante un hueso como Osasuna -que se conoce al dedillo su partitura- el conjunto madridista se quedara al desnudo, sin exponer argumentos sólidos como para doblegar al equipo que llegó de colíder al Bernabéu.
Frente a la zozobra del Madrid, el Barça validó su liderato en la estación del Carranza sin mayor novedad que la completa actuación de Messi y la voracidad de Eto'o. Los tantos del Barça resultan disuasorios para los rivales mientras que la Real Sociedad y el Atlético los tiran a la basura. El equipo donostiarrra encadena ocho jornadas sin ganar y en las últimas cuatro (Madrid, Racing, Villarreal y Sevilla) se ha dejado empatar o ganar. Ayer cayó en el Sánchez Pizjuán por 3-2 cuando a la hora ganaba por 0-2. Al Atlético le ocurre algo parecido y anoche desperdició también una ventaja de dos tantos frente a un Mallorca feliz con el empate porque en la cola todo lo que no sea perder se agradece. Ya lo quisiera el Alavés, en caída libre tras perder con el Valencia (0-1).
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