El impulso de las reformas

Holanda intenta salir de la crisis que durante los últimos cuatro años ha ralentizado sus principales indicadores económicos. Los pronósticos señalan que este curso el país crecerá un 0,75% a la espera de que en 2006 las reformas realizadas en el mercado laboral, las pensiones y el sistema fiscal puedan aumentar la productividad y elevar las tasas de PIB sobre el 2%.

El desequilibrio fiscal holandés terminará este ejercicio en el 1,2% del PIB, tras los dos últimos años en que rozó el límite del 3%

Los desequilibrios del sector público han generado fuertes ajustes en el gasto estatal y una disminución de la actividad económica

Las cifras del Gobierno señalan que el PIB podría crecer un 0,75% este año. Este dato mejora el 0,5% previsto en septiembre y el 0,4% que mantiene el Banco Central como meta de crecimiento. No obstante, no es suficiente para pensar en una completa recuperación de la economía holandesa, tras cuatro años en que sus indicadores económicos y financieros se han visto ralentizados.

El principal problema en este periodo han sido los desequilibrios del sector público, lo que ha generado fuertes ajustes en el gasto estatal y una disminución de la actividad económica. Desde hace un lustro, el Gobierno ha trabajado para alejar el fantasma del déficit público con favorables resultados. Este curso, el desequilibrio fiscal terminará en el 1,2% del PIB, tras los dos últimos años en que rozó el límite del 3%. Por el contrario, el PIB no ha repuntado, tras alcanzar un promedio anual de sólo el 0,7% desde el año 2001.

Reformas en marcha

La crisis parecía haberse superado en 2004, cuando la producción se elevó un 1,7%, después de caer un 0,1% sólo un año antes. Sin embargo, el alza en los precios de la energía y su negativo efecto en el comercio exterior -que representa el 60% de la economía- han generado una ralentización en el despegue. En enero, los analistas esperaban que la economía creciera un 2% durante este curso, pero el alza real del PIB estará 1,3 puntos porcentuales menos de lo previsto.

Durante los últimos cinco años, Holanda ha implementado drásticas reformas a su sistema económico buscando una mayor liberalización de sus mercados. Los principales avances han sido la reforma fiscal de 2001, los cambios en el sistema de seguridad social -para financiar con mayor efectividad los subsidios de invalidez y desempleo- y una nueva estructura fiscal, para fomentar el retraso en las jubilaciones. Si bien estos cambios no han tenido el efecto esperado a corto plazo, los analistas reconocen que se han realizado avances importantes.

La Oficina de Análisis de Políticas Económicas (CBA) cree que se ha construido un mejor sistema de seguros de salud, acompañado de fuertes incentivos para mejorar la eficiencia, transparencia y solidaridad de los servicios sanitarios. Estas reformas, junto a las modificaciones fiscales y de las jubilaciones, han detenido el avance del endeudamiento del Estado. Los datos indican que en 2005 y 2006 la deuda pública se mantendrá en niveles del 53% del PIB.

Precios bajo control

Estas modificaciones también han logrado mantener los precios bajo control. Las estadísticas oficiales señalan que el IPC llegará al 1,5% este año, levemente superior al 1,2% del curso pasado -debido al alza de los precios del petróleo-, pero menos de la mitad del 3,4% registrado hace dos años. Mientras, la deuda pendiente sigue siendo el desempleo. El paro crecerá hasta el 6,5% en 2005 (desde un 6,4%) y, según las previsiones, sólo podría bajar cerca del 5,5% en el próximo año.

Las esperanzas del Gobierno están cifradas en el próximo curso, cuando las reformas estén a pleno rendimiento y puedan influir sobre el comercio exterior, el consumo interno y la productividad laboral, los principales indicadores económicos afectados por la crisis reciente y pilares del crecimiento holandés. Las previsiones indican que en 2006 el país crezca un 2,5%, gracias a la recuperación de la competitividad en los mercados internacionales.