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Crítica:MAZDA MX-5 2.0 16V. LIMITED | PRUEBA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un deportivo clásico con mucho encanto

El nuevo Mazda MX-5 pone al día los argumentos que le han convertido en el descapotable más vendido de todos los tiempos. Conserva todo el sabor del modelo que salió en 1989, añade un funcionamiento mecánico mejorado e incluye un equipo de seguridad acorde con las exigencias actuales, con cuatro airbags, ABS y hasta ESP de serie en las versiones superiores. Sigue ofreciendo esa conducción fácil y divertida que ha cautivado a más de 700.000 compradores de todo el mundo en los últimos 16 años.

Evolución estética sin ruptura

Más información
Un biplaza para disfrutar

Actualizar la imagen del MX-5 sin sacrificar su carisma, que le ha convertido casi en un mito de la historia del automóvil, era un reto difícil para los diseñadores de Mazda. La solución elegida ha sido realizar una evolución conservadora que pule los detalles superados y realza su presencia manteniendo el estilo inconfundible del original. El resultado es un modelo nuevo, aunque no lo parezca a primera vista, pero que corre el riesgo de quedarse anticuado antes de tiempo. Aun así, transmite todo el encanto de los descapotables clásicos y tiene todo lo necesario para seguir siendo la referencia en este nicho minoritario del mercado.

El nuevo Mazda presenta una línea casi idéntica a su antecesor, con el morro alargado, el habitáculo retrasado y la zona posterior recortada. Pero ahora tiene los ángulos más redondeados y presenta un aire más deportivo que se logra con una llamativa toma de aire del frontal, las aletas resaltadas, unas llantas más grandes y una zaga de aspecto musculoso. Mide 3,99 metros de largo, dos centímetros más, y es también cuatro más ancho y dos más alto. Pero mantiene unas medidas compactas que le permiten ser muy ágil en ciudad, y suficientemente estable y seguro en carretera, lo que mejora su polivalencia.

Vistoso y mejor acabado

A pesar del aumento de tamaño, el interior es muy justo en longitud para personas de más de 1,80 metros de estatura, sobre todo en el lado del pasajero, que no permite estirar las piernas. Apenas ofrece huecos para objetos, porque sólo tiene una guantera pequeña, dos posavasos en las puertas, una repisa con tapa junto al freno de mano, una red a los pies del acompañante y un cofre vertical entre los dos respaldos. Pero no hay sitio ni para una agenda, salvo si se utiliza el espacio entre los asientos y la capota. Y el maletero es muy pequeño (150 litros).

Son las pegas habituales de los biplazas, el precio de su poder de seducción. Pero en el MX-5 se compensan un poco con un diseño interior atractivo que incluye unos asientos cómodos, plásticos y materiales de calidad, y un ambiente alegre y cuidado con detalles deportivos bien resueltos: volante, cambio... Además estrena un chasis más rígido y unas suspensiones bien equilibradas que permiten viajar con más confort y seguridad. El nivel de ruido en el interior, aunque se ha mejorado la insonorización y el coche lleva una capota más sólida y mejor aislada, sigue siendo alto, sobre todo cuando se aumenta la velocidad.

Dos motores y capota manual

El MX-5 se vende con dos motores de gasolina y cambio manual de cinco marchas. La versión básica, 1.8 Active de 126 CV (22.200 euros), incluye cuatro airbags, ABS, aire acondicionado, radio-CD, elevalunas eléctricos y cierre con mando. El 2.0 Active +, de 160 CV (27.400 euros), añade climatizador y ESP. Y el 2.0 Sportive (30.400) suma un cambio de seis marchas, faros de xenón y otros detalles. La serie especial Limited, en color rojo (31.300 euros), ofrece tapicería de cuero, el marco del parabrisas cromado y llantas especiales. La capota es de lona y de momento sólo con apertura y cierre manual.

Conclusión

El Mazda MX-5 es un biplaza con todo el encanto de los descapotables clásicos. Tiene una imagen seductora, un interior pequeño pero bien acabado y una conducción divertida y segura. Aunque es un coche de capricho, incluye un buen equipo de seguridad y unos precios relativamente asequibles.

El MX-5 es un descapotable con techo de lona que actualiza los patrones estéticos de los biplazas de los sesenta. La toma de aire del frontal, las aletas resaltadas y la zaga recortada definen su deportividad.
El MX-5 es un descapotable con techo de lona que actualiza los patrones estéticos de los biplazas de los sesenta. La toma de aire del frontal, las aletas resaltadas y la zaga recortada definen su deportividad.CÉSAR LUCAS ABREU

ELEGANCIA DEPORTIVA

El MX-5 tiene siempre una imagen simpática que seduce a primera vista, ya sea con el techo abierto o cerrado. La línea integra muy bien la capota de lona, que es bastante resistente, aunque sólo está disponible con accionamiento manual. Pero en unos meses se ofrecerá con apertura eléctrica y también un techo duro para invierno.El interior está bien acabado y tiene un diseño deportivo con detalles cuidados, como la instrumentación con relojes redondos y agujas finas, el volante, la palanca corta del cambio... La versión Limited (en la imagen) realza la elegancia con una tapicería roja de cuero a tono con la carrocería. El interior sigue siendo justo en longitud y apenas hay donde dejar nada. Tiene tres cofres, uno vertical entre los dos asientos y dos más poco accesibles detrás de cada respaldo, aunque se puede aprovechar la zona entre los asientos y la capota, pero los objetos se mueven en las curvas. El maletero ha ganado cinco litros a costa de sustituir la rueda de repuesto por un kit antipinchazos, pero es pequeño (150 litros).La zaga está resuelta con mucho estilo. Destacan las formas musculosas de las aletas y la base del parachoques trasero: lleva un recorte en el centro en color negro que aligera la figura, y dos salidas de escape que refuerzan su deportividad.

PRECIOS AJUSTADOS

El Mazda MX-5 2.0 Sportive no es tan caro como otros descapotables similares, aunque viene de serie con una capota de accionamiento manual en lugar de la apertura eléctrica de sus rivales. El único más barato, apenas 800 euros, es el Toyota MR2, pero sólo tiene dos airbags en vez de los cuatro del Mazda. El Audi Roadster cuesta 2.700 euros más, aunque ofrece un diseño más elaborado y la capota de lona eléctrica. La diferencia con el BMW Z4 2.0 sube a 3.900 euros con un equipamiento similar, salvo el accionamiento eléctrico de la capota. Además está el Mercedes SLK 200 K, que cuesta casi 10.000 euros más e incluye un techo metálico más práctico que le convierte en cupé en invierno y despotable con buen tiempo. Otro rival es el Alfa Spider 2.0 JTS de 165 CV (29.707 euros), pero está al final de su vida comercial: en 2006 saldrá el nuevo.

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