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Crónica:FÚTBOL | 15ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Osasuna sigue de fiesta

Octava victoria consecutiva, que iguala el récord del curso 83-84, de los rojillos en El Sadar

Ya no sólo vence. Osasuna comienza a relamerse con dosis ingentes de buen fútbol. El Sadar vivió ayer su octava jornada de fiesta: no ha regalado ningún punto de los 24 en liza. Los jugadores de Aguirre se desenvolvieron con descaro y convicción, estirando el campo, variando las posiciones con desenvoltura y poniendo a prueba continuamente a Prats.

El inicio resultó espectacular. Fútbol de verdad y quilates, convicción ofensiva por ambas escuadras y un torrente de ideas. El camerunés Webó disparó a puerta cuando apenas se habían disputado 60 segundos. Poco después, Prats erraba de forma brutal. Un intento de despeje se convirtió en un pase a la corona del área, donde Webó controló, solo, y lo encaró para picarle la pelota con un sutil toque.

OSASUNA 1 - MALLORCA 0

Osasuna: Ricardo; Javier Flaño, Cruchaga, Miguel Flaño, Clavero; Puñal, Muñoz; Valdo (Sosa, m. 89), Webó (David López, m. 73), Moha (Delporte, m. 85); y Milosevic.

Mallorca: Prats; Campano, Iuliano, Navarro, Maciel (Peralta, m. 80); Pereyra, Farinós (Okubo, m. 65); Jonás, Arango, Tuni; y Víctor (Choutos, m. 82).

Gol: 1-0. M. 5. Pésimo despeje de Prats y Webó controla al borde del área y pica la pelota.

Árbitro: Iturralde González. Amonestó a Miguel Flaño, Muñoz, Peralta y Okubo.

Unos 15.000 espectadores en El Sadar.

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El tanto parecía prometer un espectáculo goleador, pero las intervenciones de Prats, muy seguro tras su cantada, y Ricardo, imponente, evitaron un marcador de escándalo. Lo que no pudieron impedir fue el fútbol desbordante de Osasuna. Muñoz sustituyó con nota a Raúl García, en la grada por decisión técnica, y junto a Puñal organizó un centro del campo solvente y competitivo. Valdo y Moha hicieron barrabasadas por las bandas: verticales y revoltosos, crearon un caudal constante de centros a Webó y Milosevic.

Mientras tanto, el Mallorca no se arrodillaba. Menos fino que Osasuna, pero igual de convencidos, los pupilos de Cúper no perdieron la cara al encuentro. Incluso se permitieron una jugada trenzada por dos paredes que Arango no pudo culminar ante Ricardo. El venezolano se mostró mucho más incisivo que Víctor, algo perdido.

Osasuna se había templado y era todo armonía. Valdo se sacrificó por sus compañeros, bajando a defender y presionando. A punto estuvo de recibir un premio cuando se escapó por la banda y empalmó la pelota al palo de Prats. En el rechace, Muñoz se encontraba con un defensa cuando el público cantaba el segundo.

Cúper decidió sacar a toda su artillería. Primero al japonés Okubo y posteriormente a los casi inéditos Peralta y Choutos. Pero Arango llevaba todo el peligro. Ya lo había demostrado en la primera parte con varios cabezazos y un mano a mano contra Ricardo. Luego, tuvo otra oportunidad, pero su impreciso tiro volvió a tropezar contra el cuerpo del meta.

El Mallorca, a medida que transcurría el segundo periodo, se mostró más sólido, pasando a dominar el centro del campo ante el recular de Puñal. Pero le llegaron las apreturas, el ansia de marcar pronto. Y los de Cúper no son precisamente especialistas en estas lides.

Por el contrario, Osasuna, aun replegado, siguió llevando peligro con dos disparos de Javier Flaño y Valdo a los que se sumó un remate de Milosevic. Sin necesidad de encerrarse, mantuvo el control sobre el ritmo del juego. Así se llegó al final, que deja al equipo de Pamplona en lo alto, igualando el récord de victorias consecutivas en casa de la temporada 1983-84 y demostrando que un club pequeño puede servirse de la euforia para crecer enteros y olvidarse de la presión.

Cruchaga cabecea el balón ante el venezolano Arango.
Cruchaga cabecea el balón ante el venezolano Arango.EFE

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