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Reportaje:APUNTES

Salir a buscar a los alumnos

El centro de dinamización de la Universitat de València, premiado por sus iniciativas

La motivación estudiantil es uno de los principales caballos de batalla de los servicios universitarios que han visto cómo el universitario participativo de principios de los noventa ha sido sustituido por jóvenes menos volcados en la vida universitaria. Con este escenario, los reconocimientos a las políticas juveniles se saborean más porque los esfuerzos son mayores.

El Consejo de la Juventud de la Comunidad Valenciana, el máximo órgano de representación del asociacionismo juvenil, ha premiado recientemente al Centre de Assessorament i Dinamització dels Estudiants (CADE) de la Universitat de València y a su delegación de estudiantes por las iniciativas en políticas de juventud emprendidas. Se reconoce así la labor de un organismo con dos misiones: potenciar la formación de los estudiantes cultural y socialmente, y mejorar la calidad de vida de los alumnos a través de asesoramiento personalizado y ayudas. Desde el aulario III del campus de Blasco Ibáñez, el CADE se abre al estudiante como un mosaico troceado con diferentes programas que conforman un conjunto que, en ocasiones, queda difuminado por la infinidad de iniciativas.

"A principios de los 90 venían los universitarios, ahora vamos a por ellos"
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Allí acudió María el curso pasado a pedir una ayuda de estudios. Ella fue una de las 440 ayudas concedidas. Las hay para estudios, discapacitados y movilidad. También se financiaron los proyectos de 70 asociaciones, en un organismo donde hay censados 222 colectivos que se reúnen en el hotel de asociaciones, una sala llamada así porque funciona en régimen de reserva.

Pero el CADE es mucho más. Ha creado marcas como la renombrada Semana de Bienvenida Universitaria, la Nau dels Xiquets, la escuela de verano para niños con 460 asistentes en julio de este año, o los cursos formativos de la Nau dels Estudiants en septiembre que se han extendido también a las comarcas, sumando en su conjunto, la friolera de 3.540 participantes. Por si fuera poco, organizan conciertos, mesas redondas, gestionan una amplia bolsa de alojamiento que supera el centenar de plazas y llevan a cabo acciones de asesoramiento y orientación al estudiante.

El CADE nació en 1991 por la voluntad de un equipo rectoral que creyó en la participación de la juventud. Inicialmente estuvo atendido por un equipo entusiasta de becarios pero pronto el servicio se profesionalizó. Gonzalo Montiel, técnico responsable del CADE, lleva once años allí. Durante este tiempo ha vivido la metamorfosis del estudiante: "A principios de los 90, los universitarios venían, ahora tienes que ir a por ellos. Se han vuelto más pragmáticos y conciben la universidad como un lugar de paso". Un cambio de conducta que ha obligado a replantear la perspectiva y explica que "si antes financiábamos seis estrenos al año de grupo teatrales, ahora se ha reducido a la mitad por lo que realizamos talleres para impulsar la participación teatral". Montiel recuerda que "las universidades deben formar integralmente a los estudiantes de ahí el interés de estos centros dinamizadores". En su opinión, la desmovilización estudiantil es común en todo el Estado y organismos como el CADE son conscientes de la necesidad de renovarse para incrementar la participación. Las facilidades se perciben por ejemplo en el reglamento del censo de colectivos y asociaciones de estudiantes de la Universitat, recientemente aprobado por el Consell de Govern, flexible a diferentes modelos de participación y que permite inscribirse tanto a asociaciones estudiantiles legalmente constituidas como colectivos formados por al menos tres estudiantes para desarrollar un proyecto, siempre que tengan como finalidad el desarrollo de actividades socioculturales o de representación estudiantil.

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