El momento dulce se prolonga
El Villarreal, con Riquelme de estrella, acaba por dejar sin respuesta a la Real Sociedad
El Villarreal prolongó su dulce momento europeo con una victoria cómoda ante la Real Sociedad, un grupo de Reyes Magos que reparten alegría a los delanteros de la Liga. Los de Pellegrini disfrutan a un ritmo diferente y pueden pasar de la apatía a la explosión mediante un juego completo y muy regular. Casi mecánico, pero con unas enormes y resolutivas vetas de calidad.
Los castellonenses comenzaron fríos, sin intensidad y perdidos, abotargados ante uno de los equipos que más favores concede en Liga. Pero era impostura y pose, una trampa envenenada. La Real no supo medir el peligro de su contrario. Le había quitado el balón, alma del equipo de Pellegrini, y había dado resultado.
REAL SOCIEDAD 1- VILLARREAL 3
Real Sociedad: Riesgo; Cifuentes, Jauregi, Labaka, Garrido (Gabilondo, m. 85); Xabi Prieto (Gorka Larrea, m. 79), Garitano, Mikel Alonso (Barkero, m. 68), Novo; Nihat, y De Paula.
Villareal: Viera; Javi Venta, Gonzalo, Peña, Alcántara; Riquelme (Arzo, m. 90), Josico, Senna, Héctor Font; Guayre (Roger, m. 74)y Forlán (José Mari, m. 84).
Goles: 1-0. M. 5. Nihat, con habilidad, controla y remata en vaselina, un pase muy largo de Cifuentes. 1-1. M. 36. Preciosa jugada de Riquelme que deja a Guayre en boca de gol. 1-2. M. 54. Forlán remata raso y Guayre se aprovecha del despeje de Riesgo. 1-3. M. 73. Riquelme, tras dos quiebros para colocarse, de un disparo duro desde fuera del área.
Árbitro: Esquinas Torres. Amonestó a Peña, Guayre y Garitano.
Unos 21.000 espectadores en Anoeta.
Casi sin tiempo para ubicarse, Cifuentes, desde la medular derecha del campo, soltaba un tremendo pase para que Nihat se valiese de su picardía para adelantarse a su par, controlar con maestría y, con un gesto técnico propio de un dibujo animado, ajustaba el balón al palo de Viera con una acrobacia. Primera llegada y, como en los encuentros contra el Madrid y el Racing, la Real se adelantaba en el marcador.
Mientras, los de Vila-eal no encontraban a Riquelme por lo que Guayre y Forlán se encontraban en el anonimato. Pero los donostiarras comenzaron a presionar en todo el campo y adelantaron la línea defensiva. Craso error. El conjunto amarillo se encontró con la pelota, discurrió con cabeza, y empezó su peligroso juego de toque, insistente y mortífero. Ya había discurrido un tercio de partido, pero la Real no se quiso enterar de que le estaban comiendo la posición y la moral. Mantuvo su propuesta de estilo y dejó jugar, la peor baza contra el Villarreal, que si encuentra a Riquelme se emplea como un martillo pilón. Golpe tras golpe. De esta forma se pudo ver, por fin, a la delantera amarilla. Primero, gracias a la potencia de Forlán, con una carrera de 50 metros tras un pase de Héctor Font -la defensa blanquiazul estaba tirando el fuera de juego- y Riesgo le sacó el mano a mano con mucha dificultad.
No era más que un aviso, pero los de Amorrortu hicieron oídos sordos. Y llegó la hora de Riquelme. El argentino, en una jugada más propia de Ronaldo, se lanzó a tumba abierta con el balón en los pies. El pequeño y habilidoso centrocampista se coló entre dos defensas, dribló a otro a una velocidad vertiginosa y, ante el meta realista, trató de materializar la frivolité, picando suavemente sobre Riesgo. Este consiguió despejar, pero el argentino siguió el despeje y la tocó la suficiente como para ponerla en boca de gol, donde Guayre sólo tuvo que empujarla.
El fatatalismo realista, su eterna condena a sufrir demasiado, tomaba forma con la acción de Riquelme y Guayre. Los visitantes llegaban con soltura por el centro, sin tener que echar mano de las bandas. Entre errores realistas y habilidad propia, los del Villarreal no necesitaron ni pisar el acelerador de forma seguida. Con un par de acelerones, se despidieron de sus rivales, que se ahogaron ante otra incomprensible remontada que prolonga su mala racha.
El uruguayo Forlán volvió a mostrar su potencia por la banda derecha, dejando atrás a su marca, y apuntó a la portería. Un disparo raso y brutal que Riesgo tocó lo suficiente para dejar el balón semi vendido dentro del área. Ni el propio meta ni los centrales pudieron llegar ante la buena disposición del canario Guayre, que consiguió sacar un remate rodeado por sus tres rivales. No había noticias de la Real. Alguna carta desesperada de Nihat, solo contra todos, y demasiada blandura en defensa.
El partido se movía a impulsos visitantes. Su superioridad se mostraba ya abrumadora. Disfrutaba, se permitía jugar al gato y al ratón con las ilusiones de los de Amorrortu y, como el que no quiere la cosa, golpeaba. No necesitó ni pisar el área de nuevo para marcar su tercer tanto. Riquelme, en una jugada individual al borde del área, volvió a beneficiarse de las holguras defensivas que regala la Real Sociedad. Sin nadie que le entrase, Juan Román optó por el disparo. Un misil al palo largo que se elevó y cayó a plomo. Riesgo, mientras, se mantenía en el aire pero el balón se colaba sin remisión. Minutos después, el argentino se marchaba ante el aplauso rendido y unánime de Anoeta.
Para los realistas, la tragedia se convertía en realidad. La Real volvía a regalar un partido que sólo supo controlar durante el esprint inicial y alargaba su mala racha de seis choques sin encontrar la victoria. A su costa, el Villarreal mantiene su proyección y certifica en Liga la hombrada del jueves en la Liga de Campeones.
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