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Reportaje:FÚTBOL | El sorteo del Mundial de Alemania 2006

El campeón africano

Túnez, con el francés Lemerre, se ha convertido en la nueva referencia de su continente

Fieles al espíritu africano, Túnez tiene su apodo: Las águilas de Cartago, un clásico del fútbol de su continente que tiene a gala haber sido el primer equipo africano en lograr una victoria en un Mundial. En 1978, cuando logró su primera clasificación, Túnez consiguió derrotar a México (3-1), lo que significó un hito para un continente emergente llamado a mayores logros en el fútbol internacional. Desde entonces no ha vuelto a ganar, a pesar de que disputó los Mundiales de 1998 y 2002, convirtiéndose casi en un clásico de aquella confederación. En la fase previa al Mundial de Alemania, Túnez tenía como principal enemigo a Marruecos, al que superó por un punto. En el partido decisivo, los tunecinos acudieron tranquilos: en más de cuarenta partidos disputados entre ambos países, Túnez jamás ha perdido con Marruecos.

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Fiel a sus orígenes futbolísticos, Túnez ha confiado en la mano de un entrenador francés. En 1978 fue Henri Michel, ahora es Roger Lemerre, dos ídolos de la selección francesa a la que llevaron a las más altas cotas del éxito. Entre medio estuvieron Francesco Scoglio y el alemán Krautzen. Pero será Roger Lemerre quien dirigirá un colectivo basado en muchos futbolistas de la Liga tunecina con un guía deportivo en el campo: el lateral Trabelsi, del Ajax, un portento físico que comenzó de extremo y luego fue reconvertido a la defensa para aprovechar sus fabulosas facultades. Trabelsi sin embargo sufrió una grave lesión que le ha puesto en el mercado.

Frente a su veteranía destaca la irrupción del joven delantero Guemamdia, llamado a formar parte de los grandes goleadores africanos. Junto a él el brasileño nacionalizado Clayton, que ha jugado en el Oporto, ha ayudado a conseguir los goles que Túnez necesitó para alcanzar un lugar en el sorteo celebrado ayer en Leipzig. Santos, otro brasileño al que Lemerre conocía del Sochaux francés y recomendó que se nacionalizara tunecino, ha sido otra baza en el camino de Túnez que se proclamó campeón de Africa en 2005.

La escuela francesa prevalece en una selección que siempre ha cultivado un gusto por el balón, por el fútbol pausado y de control, muy lejos de las acometidas feroces. Si Luis Aragonés quería equipos que jugasen al fútbol, Túnez pretende cumplir esa máxima con mayor o menor éxito. Desde que ganó a Mexico en 1978 no ha vuelto a ganar un partido en un Mundial, lo que le hace más imprevisible.

Túnez no es el típico caso de futbolistas emigrantes. La selección norteafricana es una mezcla de jugadores que militan en el fútbol europeo (Italia, Alemania, Holanda) y futbolistas que juegan en el fútbol africano, y particularmente tunecino. Su grado de identidad es absoluto. Lemerre sólo ha tamizado un colectivo variopinto para que no decaigan en la estrategia y no cultiven la anarquía que se les supone a los animosos equipos africanos.

Roger Lemerre, seleccionador de Túnez.
Roger Lemerre, seleccionador de Túnez.AP

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