"La historia de 'King Kong' se parece a las tragedias griegas"

El físico de Adrien Brody, que Roman Polanski supo explotar en la película El pianista, por la que Brody ganó un Oscar en 2003, no coincide con el del típico héroe de superproducción de Hollywood. Pero cuando Peter Jackson tuvo que elegir al hombre encargado de salvar a la chica en su remake de King Kong, que se presentó anoche en Nueva York (que se estrena mundialmente la próxima semana -en España el día 14-), Brody fue su primera y única opción. Con la calma tensa de quien sabe que en apenas unas horas toda la atención mediática estará centrada sobre él y todo el reparto -Naomi Watts, Jack Black, Jamie Bell, Andy Serkis- de uno de los filmes más esperados del año, Brody, de 32 años, explicaba el domingo en un hotel neoyorquino cómo entró en el particular universo del King Kong de Peter Jackson. "Recibí una llamada suya para hablar de la película pensando que tendría que competir contra otros candidatos pero cuando supe que era el único elegido para el papel me emocioné mucho. El guión [firmado por Jackson, Fran Walsh y Philippa Boyens] estaba muy bien escrito. Los personajes tenían profundidad, algo poco común en una superproducción. Inmediatamente acepté, era un reto demasiado interesante para dejarlo escapar", recordaba.

"Mi Jack Driskoll es un héroe a su pesar, igual que 'King Kong' cuando llega a la jungla de asfalto, y eso es una novedad"

"Estoy unido al proyecto de la película sobre Manolete desde el principio. No hay nadie más preparado para el reto que yo"

King Kong, con un presupuesto de unos 175 millones de euros, basada en el clásico de 1933 de Merian C. Cooper y Ernest B. Shoedsack, es una espectacular película que, a pesar de sus tres horas de duración, consigue enganchar al espectador gracias no sólo a la dulzura de su protagonista femenina, Naomi Watts (Ann Darrow en el filme), y a la ternura que desprende un gorila increíblemente realista, sino a la vuelta de tuerca que Jackson le ha dado respecto al original al héroe-antihéroe de la cinta, Adrien Brody (Jack Driskoll). En el filme de 1933, Ann Darrow (Fay Wra) se embarcaba junto a su amado, el aventurero Driskoll, en una expedición a una misteriosa isla organizada por el productor de Broadway Carl Denham (en la versión de Jackson, Jack Black). Allí se encontraban a King Kong y se lo llevaban a Nueva York para exhibirlo. Pero el gorila gigante, enamorado de Darrow, se escapaba, la secuestraba y en su huida desesperada se encaramaba al Empire State, donde finalmente era abatido por aviones del Ejército, mientras Driskoll trataba de salvarla de las garras del animal. El galán de aquel filme era el prototipo de guapo y valiente, mientras que en la versión de Jackson, Brody es un escritor de Broadway, un intelectual sin ninguna aspiración heroica al que será el amor lo que le dará fuerzas para luchar por su chica contra el gorila. "Yo siempre había querido ser el protagonista de una producción romántica, porque para alguien como yo conseguirlo era un obstáculo. Si te fijas en el tipo de actores que suelen interpretar esos papeles, yo no cuadro entre ellos. Cuando un estudio invierte en una gran producción necesita recuperar muchos millones y por eso apuestan sobre seguro, utilizando actores asimilados a un determinado tipo de personaje y con mucha audiencia. Yo no soy una apuesta segura porque no entro dentro de esos parámetros. Por eso me siento muy honrado de haber sido escogido".

"Mi Jack Driskoll es un héroe a su pesar. Es alguien que como escritor podría imaginarse a un personaje que haría cualquier cosa por salvar a la chica pero que nunca se vería a sí mismo forzado a ser ese hombre. Jack es obligado a entrar en un mundo hostil y desconocido, la isla de Skull, igual que King Kong cuando llega a la jungla de asfalto, y eso es una novedad respecto a la original. Ninguno de los dos quiere ir a esos sitios pero los arrastra el amor hacia una mujer", afirma.

Su personaje no sólo tiene que luchar contra el gorila en el plano físico sino también en el emocional puesto que la protagonista femenina acaba sintiendo debilidad por el animal. "En cierto modo es un triángulo amoroso. Somos tres criaturas solas en un mundo difícil y Anne es la primera persona que llega al universo de Kong y que le muestra cariño en vez de brutalidad. Le hace sentir cosas que nunca sintió y ella también confía en él porque el gorila le ha ofrecido protección en un mundo hostil. Es casi un triángulo amoroso y no creo que sea tanto la metáfora de la bella y la bestia como la más clásica de las tragedias griegas. El deseo de cariño es muy diferente en la relación entre King Kong y Anne que entre mi personaje y ella. Jack no compite con el gorila porque su inteligencia emocional le permite entender por qué el simio no le quiere cerca y no le desea ningún mal por ello pero su objetivo es traer a casa a la chica".

Brody, que también quiso participar en el filme por la posibilidad de trabajar con "una actriz sublime como Naomi Watts", está a punto de viajar a España atraído por un proyecto al que va unida otra actriz a la que dice admirar. "Voy a encarnar al torero Manolete en una película sobre su vida en la que trabajaré junto a Penélope Cruz, una intérprete que siempre me ha gustado mucho y que será la novia del matador, la actriz Lupe Sino". La película, cuyo rodaje comenzará en marzo en Córdoba, la dirigirá el holandés Menno Meijes, que escribió el guión hace años, "un guión espléndido", según Brody, y sólo ahora ha conseguido un productor dispuesto a abordarlo, el español Andrés Vicente Gómez. "Yo estoy unido al proyecto desde el principio. Si te fijas en las fotos, parecemos dos gotas de agua. Llevo mucho tiempo estudiando al personaje, no hay nadie más preparado para el reto que yo. La idea de personificar a un torero es una experiencia que me apetece mucho. Meterme en la piel de un fenómeno como él, apasionado, lleno de conflictos internos y dentro de una historia de amor trágica y conmovedora como la que mantuvo con aquella actriz era otra de esas apuestas necesarias en mi carrera", explicaba el domingo. El filme se centrará en la complicada relación que mantuvieron Manolete y Sino entre 1940 y 1947. "En pocas semanas viajaré a España y me encerraré con un torero español para aprender a torear". Asegura que no le da miedo verse a sí mismo en una plaza frente al toro: "Es una aventura más".