Apurado estreno de Perasovic

El Tau Cerámica empezó con la fuerza de un ciclón y terminó tan flojo como la brisa marina en Treviso, donde superó en la prórroga a la Benetton después de desperdiciar una renta de 21 puntos.

Hasta que se reanimaron en el descanso, los italianos se las habían visto tiesas para frenar al énfasis anotador de los vitorianos. Y eso que Velimir Perasovic se estrenaba en el banquillo, con menos profundidad que nunca por las molestias físicas de Vidal, Ukic y Grimau. Al menos recuperaba a Erdogan, renqueante por una rotura de fibras. El alero turco martilleó a la escuadra de la zamarra verde con acierto e insistencia desde el perímetro.

Hasta el tercer cuarto, la Benetton, que llevaba una marcha tan irregular como el cuadro baskonista, no opuso resistencia. Vista la desidia inicial de Popovich, el Tau casi se vio obligado al festín. El israelí David Blatt, sustituto de Ettore Messina -prefirió emigrar a la cancha del CSKA de Moscú- no parecía encontrar la tecla y la apatía cundía en sus filas.

El primero que se apuntó a la fiesta fue el de siempre, Luis Scola. El pívot argentino no sólo es rápido como un alero; su juego de espaldas a canasta es idóneo para abrir espacios. Splitter y David fueron los más beneficiados, aunque otro gallo habría cantado si Prigioni no atravesara una racha tan excelente. El cerebro del Tau confirmó en Treviso que por algo es el líder de asistencias en la ACB, con más de siete por partido.

Incluso cuando el joven Zisis azuzó los ánimos y la Benetton redujo las distancias por debajo de la frontera moral de los diez puntos. Porque los vitorianos sufrieron una pájara tremenda en el tercer cuarto. Fue cuando surgió la figura de Popovich. Pese al buen hacer de Mordente, la ansiedad pudo entonces al Benneton, justo cuando sintió la victoria al alcance de la mano (83-81). Pero se fueron a la prórroga, donde apareció de nuevo Scola, bien secundado por Erdogan. A Perasovic casi le faltó el resuello en su debú en el banquillo vitoriano.