El espejo de la hemeroteca

El periódico cuyo director ha hecho del desquite un principio de acción ha cedido sus páginas al antiguo inspector fiscal Ernesto Aguiar para que acuse a EL PAÍS de encabezar, en connivencia con el aparato socialista, una conspiración para descabalgar a Josep Borrell de la candidatura socialista a la presidencia del Gobierno en el año 1999. El Mundo, poco aficionado a confrontarse con las inmundicias que acumula su propia hemeroteca, olvida que entre 1999 y 2000 publicó más de un centenar de artículos -informaciones, reportajes, editoriales, columnas- de lo que por aquel entonces calificaba como "la trama mafiosa en la Hacienda de Cataluña". El director de ese diario describía el 16-5-1999 a Aguiar y Huguet como unos "repelentes individuos" que habían montado "su tinglado mafioso en una de las terminales neurálgicas del Estado" y que "poco menos que exhiben ahora sendos delitos fiscales y monetarios ya prescritos para enmascarar aquéllos aún más graves por los que todavía es posible perseguirlos". Haciendo honor a una de sus más acreditadas obsesiones, concluía: "Huguet y Aguiar no son sino los últimos mojones de la kilométrica retahíla de la corrupción del felipismo. ¿Cuántos cadáveres más tendrán que vomitar las olas de los procedimientos judiciales sobre la playa de la actualidad para que el PSOE reconozca públicamente la dimensión de lo ocurrido...?". En esta orgía acusatoria nada puede extrañar que uno de sus columnistas, en su habitual ejercicio de ponderación, escribiera que "el caso de los amigos de Borrell es peor que el de Roldán". Lo que entonces era una trama mafiosa y delictiva es ahora el producto espurio de una conspiración para eliminar a un candidato que no le gustaba al aparato socialista. Y como el Llobregat pasa por Barcelona, aprovecha el viaje para arremeter contra La Caixa -su penúltima diana- por negarse a conceder un aval a su más reciente colaborador, Ernesto Aguiar, aquel personaje repelente, mafioso e inmoral que ha pasado a ser una víctima de EL PAÍS con derecho a firmar en primera página. No es la primera vez que el diablo afirma ver al demonio en los demás.