_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Nada es eterno

Juan Ignacio Crespo

Los fondos de renta variable japonesa acumulan desde comienzos de año una rentabilidad de 32%, algo que los sitúa entre los más rentables del año. Al comenzar 2005 nada parecía augurar que el comportamiento de la Bolsa japonesa fuera a ser tan impresionante. De hecho, durante los primeros meses, y hasta mediados de mayo, el Nikkei 225 tuvo un comportamiento irregular que lo había llevado para esas fechas un 6% por debajo de su nivel de principios de año. Desde entonces, la revalorización de la Bolsa en Japón supera el 36% y, como de costumbre, surge la misma pregunta: ¿puede esto durar?

Si nos fiamos por lo que la economía y la Bolsa japonesa han venido haciendo durante los últimos 16 años, la respuesta inicial habría de ser un no: desde el 1 de enero de 1990, cuando el índice Nikkei, muy cercano a los 40.000 puntos, inició una caída continuada que lo llevaría hasta 7.600 (acumulando, pues, una pérdida del 80%), tanto la economía como la Bolsa han iniciado al menos cinco falsas recuperaciones que alentaban la esperanza de inversores y empresarios para terminar provocando cuantiosas pérdidas. Eso ha hecho que cada nueva arrancada de las bolsas japonesas se mire con aprensión y desconfianza.

Como en momentos anteriores han sido, sobre todo, inversores internacionales los que han cebado la bomba de la subida de las bolsas en Japón, confiados en que esta vez el clima empresarial interno y externo favorezca un intento sostenible.

Entre los factores que alimentan este optimismo está la fuerte demanda de máquinas herramienta, algo que hace pensar en que ha llegado la hora de renovar el envejecido parqué empresarial japonés. También la demanda procedente de China alienta esa misma perspectiva, que está siendo confirmada por la revisión al alza de los beneficios empresariales o la promesa de reformas del recién reelegido primer ministro, Yunichiro Koizumi. Si todo ello se confirma, Japón dejaría atrás un periodo de 16 años en los que su economía se quedó estancada, con un sistema bancario al borde de la quiebra y en medio de una fuerte caída de precio de los activos inmobiliarios.

Las dificultades propias de la economía japonesa se vieron acentuadas por una inadecuada gestión de su política monetaria y fiscal: a mediados de los años noventa hubo subidas de los impuestos, así como de los tipos de interés, en momentos en los que la economía empezaba a reaccionar, lo que cortó de raíz el impulso expansivo.

Seguro que las autoridades monetarias y fiscales, así como los mismos empresarios japoneses, han aprendido mucho de aquellas lecciones. Las expectativas parecen, pues, buenas para los fondos de renta variable japonesa. Aunque no habrá que dejar de lado una dosis de escepticismo. El mismo que reza en el silabario japonés que entonaban los niños: hiro ha nihohe to...; que suele traducirse como "aunque exhala perfume, el color se marchita y cae; en nuestro mundo nada es eterno". Aunque tampoco tenga por qué serlo el estancamiento económico.

Juan Ignacio Crespo es director general de Finanduero.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_