Aimar, segundo partido consecutivo en el banquillo

Cualquier postura que adopta Quique Sánchez Flores, que parece estar en permanente estado de ansiedad desde que ocupa el banquillo del Valencia, cuenta con detractores y defensores. Las alineaciones que pone en liza el técnico madrileño generan debate. Pero si en algo existe consenso entre los aficionados del Valencia, es en la conveniencia de que Pablo Aimar, en cualquier circunstancia, ante cualquier rival y escenario, esté presente. Sin embargo, y por segundo partido consecutivo, Quique Flores prescindió del centrocampista argentino.

El técnico madrileño justificó la ausencia de Aimar ante el Cádiz en la jornada anterior en el mal estado del terreno de juego, así como en el excesivo viento que dificultaba la ortodoxia en el juego y la pulcritud del fútbol que practica Aimar. La victoria atenuó las críticas por la pobre imagen ofrecida por el Valencia. Ayer, en Mestalla, ante el Celta, nada hacía presagiar que el mediapunta argentino quedaría fuera del equipo titular.

La alineación del Valencia reservaba más sorpresas. El puesto de central sigue siendo una tómbola. La ausencia de Marchena, expulsado frente al Cádiz, fue suplida esta vez por Albiol. Pero lo más novedoso se coció en el centro del campo. Vicente ocupó la banda derecha, ante la baja de Rufete, castigado por el entrenador debido al acto de indisciplina del jugador alicantino, que se fraguó en el descanso del partido ante el Cádiz. La obligada baja de Baraja, aquejado de un cólico nefrítico, fue ocupada por Hugo Viana, llegado al Valencia cedido por el Newcastle, bajo el criterio del director deportivo, Javier Subirats y como consecuencia de la lesión de Edú acaecida en pretemporada. Prácticamente inédito, Hugo Viana había mostrado en las vísperas del encuentro de ayer, su deseo de abandonar el club de Mestalla si no contaba con minutos de juego.

Ante tanto ambiente enrarecido, en los prolegómenos del encuentro, el homenaje a Juan Sánchez sirvió para relajar los ánimos. El jugador de Aldaia, actualmente apurando su longeva carrera en el Celta, recibió de manos del presidente del Valencia, Juan Soler, un banderín con el escudo del club enmarcado. Juan Sánchez, producto de la cantera, jugó durante seis temporadas en el club que le vio nacer y en el cual disputó 203 partidos logrando 48 goles.