Internet y segunda modernización

Andalucía vive inmersa en su segunda modernización. La superación de la brecha digital, la implantación del uso de ordenadores e Internet en las aulas, o la existencia de centros educativos bilingües, son algunas de las muestras palpables de esta realidad.

Pero tras este manto pueden ocultarse peligrosas tendencias absolutamente deleznables. Suponga el amable lector un concurso público que sigue un proceso escrupuloso de información y baremación vía página web de la Delegación de Educación en Granada. Mediante este sistema, los ciudadanos a quienes incumbe el proceso tienen información actualizada, veraz y en tiempo y forma de la evolución del proceso (un mecanismo propio de la administración pública de una sociedad avanzada del siglo XXI). Pero, sin razón aparente, esta transparencia desaparece y a partir de determinada fecha las convocatorias, resoluciones, plazos, etcétera, dejan de comunicarse por esta vía, quedando ocultos a las personas interesadas, que suponen que nada nuevo ha salido, cuando en realidad el proceso avanza dentro de la más absoluta desinformación a los interesados (a parte de ellos, quiero decir).

Esto es, muy resumidamente, lo que ha ocurrido con el proceso de selección de profesorado para ocupar plazas bilingües en el IES de Otura y constituye un ejemplo de cómo las virtudes de Internet pueden representar el principio de una sociedad desinformada y sometida a una administración que usa a su antojo este poderoso medio para desinformar y despistar al ciudadano amparándose, además, en la legalidad (mecanismo propio de una administración pública de mediados del siglo XX que, además, se ahorraba los gastos de Internet). Para este viaje nadie necesitaba alforjas.

Invito a cualquier responsable de la Delegación de Educación en Granada a explicar públicamente las razones que han llevado a interrumpir la información eficaz y veraz en la web a partir de mediados de septiembre sobre la mencionada convocatoria.

Creo sinceramente que, usado de este modo, Internet se convierte en un arma arrojadiza contra el ciudadano, y aviso a navegantes del estilo y tácticas de la administración educativa en Granada.