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Reportaje:ESCAPADAS | De Valdeprados a Revenga

A los pies de la Mujer Muerta

Cuentan que cuando Hércules vino a fundar la ciudad de Segovia, lo acompañó Apolo, el cual dio en enamorarse de una princesa serrana a la que su padre, el celoso rey, prefirió estrangular con sus manos antes que verla gozar en las del dios. Y allí fue que Apolo, para nunca olvidarla, pidió a Hércules que tallara la figura de la difunta en la cresta del Guadarrama. Tal es el origen legendario de la sierra de la Mujer Muerta, que hoy se nos aparece bellísima y fantasmal, envuelta en el fino sudario de la nieve temprana, mientras enhebramos la media docena de pueblos que velan a sus pies.

En el primero de ellos, Valdeprados, circula otra conseja que, comparada con la anterior, suena hasta real. Y es la que dice que, en el siglo XV, el conde de Puñonrostro regaló a su hijo un caballo negro con herraduras de oro, prometiéndole además pleno dominio sobre el lugar donde el corcel se detuviese tras galopar a su antojo. Pues bien: aguijoneado en Segovia, el cuadrúpedo corrió hasta caer rendido en Valdeprados, justo allí donde se alza -confirmando que no todo es una trola- la torre del Caballo Moreno. Además de esta imponente torre medieval -hoy vivienda y taller del escultor Sanguino-, el pueblo tiene uno de los caseríos mejor conservados de la provincia y un entorno de égloga, que ganas dan de recitar a Horacio, salpicado de prados, trigales, alamedas y aguas que bajan bullidoras de la sierra de la Mujer Muerta.

"Nuestra Señora de la Adrada, que se yergue al amor de una corpulenta nogala"
Leyendas, monumentos medievales y tesoros naturales amenizan una ruta en coche por el extremo sur de Segovia

Aguas como las del río Moros, que, a pocos pasos de Valdeprados, se encajona y espumea en el cañón de la Risca, entre acantilados de gneis de 40 metros de altura, dando un último rugido de bestia montaraz antes de amansarse definitivamente en la llanura segoviana.

A falta de leyendas, el vecino Otero de Herreros puede presumir de pasado literario, pues sale en el Libro de buen amor, del arcipreste de Hita. De aquel Ferreros del siglo XIV quedan unos pocos restos románicos en la iglesia parroquial y las muchas escorias que alfombran el paraje del Quejigal, una selva de quejigos, encinas y arces que ahora, en otoño, es cuando más bella está.

También merece un paseo la ermita de Nuestra Señora de la Adrada, que se yergue al amor de una corpulenta nogala en el vallejo del río Herreros. La ruta continúa por Ortigosa del Monte -donde hay que darse un garbeíllo por el Berrocal, culebreando entre bolos graníticos colosales, que parecen caídos del cielo- y después por La Losa, aldea de la que, según la leyenda, fue soberano el celoso papá de la princesita. Digna de reyes, ciertamente, es su iglesia de estilo gótico florido. Como dignos de un regio banquete medieval son los pucheros de garbanzos y judiones que humean desde las nueve de la mañana, sobre brasas de encina, en la terraza del bar Vallejo.

A tres kilómetros de la Losa se erige el palacio rosa de Riofrío, aquel que Isabel de Farnesio, viuda ya de Felipe V, se hizo construir para perder de vista La Granja de San Ildefonso y a su hijastro Fernando VI. Pero más que el palacio en sí, lo que nos atrae es la posibilidad de atravesar en coche, pagando un módico peaje, el bosque cercado de 700 hectáreas donde miríadas de ciervos y gamos pastan la sabrosa glande otoñal de la encina, y ello a una distancia tan corta del observador que, francamente, cuesta entender cómo pudieron nunca los reyes abatir en honesta lid cinegética a estos brutos, como no fuera guipando por el lado gordo del catalejo. Tras salir del bosque por la puerta de Hontoria, hay que desviarse a la diestra, hacia Navas de Riofrío, y luego a la izquierda, hacia San Ildefonso, para surcar el edénico soto de Revenga. Conduciendo por éste un par de kilómetros se presenta, a mano derecha, la ermita románica de Santa Marta. Su portada abierta al mediodía, y decorada con rosetas, es un lugar que ni pintado para recostarse al tibio sol de noviembre y acabar la ruta contemplando, por sobre el ramaje pelado de los fresnos seculares, el más hermoso perfil de la Mujer Muerta.

Asados, sartenes y pucheros

- Cómo ir. Valdeprados, primer pueblo de la ruta, se halla al sur de Segovia, a 75 kilómetros de Madrid. Se va por la A-6 hasta San Rafael, por la N-603 hasta Otero y por la SG-723 hasta Valdeprados.

- Visitas. Iglesia de La Losa: las llaves las tiene Isabel Sanz (tel.: 921 48 01 11); entrada gratuita. Real Bosque y palacio de Riofrío: consultar horarios llamando al teléfono 921 47 00 19; entrada al palacio, 5 euros; peaje para atravesar el bosque en coche, 2,25 euros.

- Comer. Mesón de Jesús (Otero de Herreros; tel.: 921 48 30 40): cordero y cochinillo; 25-30 euros. La Venta Vieja (Ortigosa del Monte; tel.: 921 48 91 64): además de asados, buen chuletón de buey y pescados; 25-30 euros. La Becea (Ortigosa del Monte; 921 48 90 49): especialidad en sartén de la olla -huevos fritos, patatas, lomo, costillas y chorizo-; 15 euros. Vallejo (La Losa; tel.: 921 48 01 64): cocido y judiones al puchero, sólo por encargo; 12 euros.

- Dormir. Posada de los Cercados (Fuentemilanos; tel.: 921 48 58 00): hotelito decorado en estilo rústico refinado, de ambiente hogareño; doble, 85 euros. La Chatarrería de Ferreros (Otero de Herreros; tel.: 653 80 73 57): curioso lugar, donde los metales dan nombre y decoran las habitaciones; 75 euros. Alcázar (Segovia; tel.: 921 43 85 68): edificio del siglo XVII a orillas del Eresma, con vistas al alcázar y mobiliario de época; 140 euros. La Becea (Ortigosa del Monte; tel.: 921 48 90 49): casa para 12 personas, con muebles restaurados en taller propio; casa completa, 200 euros.

- Compras. Castaño Viejo (plaza del Escultor Luis Sanguino, 6; Valdeprados): muebles rústicos, decoración y antigüedades.

- Actividades. Existen rutas a pie señalizadas por el cañón de la Risca, el quejigal de Otero y el berrocal de Ortigosa. Una descripción completa de las mismas, con planos y fotos, se hallará en www.excursionesysenderismo.com.

- Más información. Patronato de Turismo (tel.: 921 46 60 70; www.segoviaturismo.es).

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