El primer foro de empresas hispano-chinas se clausura en Málaga con más de 700 reuniones

El primer Foro y Exposición Hispano-Chino, celebrado en Málaga, se clausuró ayer con más de 700 reuniones entre representantes de empresas o parques de ambos países, en lo que pretende ser un primer contacto con el objetivo, a medio y largo plazo, de que las firmas tecnológicas chinas que busquen proyección internacional se asienten en España. El director del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), Felipe Romera, promotor del encuentro, explicó que se han firmado "bastantes" acuerdos, sobre todo de distribución, aunque no supo precisar el número.

Durante los tres días que ha durado el foro, se han desarrollado cerca de 400 encuentros programados por la organización entre empresarios españoles y chinos, o entre éstos con representantes de parques tecnológicos o asociaciones. En total, se han llevado a cabo cerca de 700 reuniones, según calculó ayer Romera. El director de la tecnópolis malagueña advirtió de que los resultados de este acontecimiento no se verán a corto plazo. "Salir fuera no es decir vengo a un país y me quedo. Hemos encontrado un relativo interés", reconoció.

Para Romera, que inició los contactos con el gigante asiático hace ya diez años, lo importante es que "Málaga y Andalucía dan un pasito por delante de los demás en relación con China en ciencia y tecnología". Un paso que "da gran visibilidad" al PTA, y que avanza hacia un objetivo final: "Que el desarrollo de la ciencia y tecnología chinas sea aprovechado por nuestro parque y por la comunidad". Romera recuerda que "es un camino de ida y vuelta", que también facilita el que las empresas españolas se introduzcan en el país asiático.

Incubadora

El director de la tecnópolis, que ha mantenido encuentros con algunas de las 143 empresas chinas participantes, recordó que el PTA ha ofrecido un edificio de 3.000 metros cuadrados como incubadora para las compañías chinas que quieran poner un pie en Europa a través de Málaga. Las condiciones serían más favorables durante los dos primeros años, y ofrecería servicios específicos para las empresas chinas, en un "entorno propio, que les proteja y en el que se puedan desarrollar". Romera no espera que vengan firmas asiáticas de inmediato, pero sí en un par de años.

Los sectores en los que ha habido mayores contactos son, según el director del PTA, aquellos en los que ambos países tienen un nivel similar de desarrollo, como el de las energías renovables y las tecnologías de la información. En otros, como en la biotecnología, la comunicación ha sido menor.

Precisamente a este sector pertenece Rafael Ferdández-Delgado, del Centro de Innovación y Tecnología Agroalimentaria (Citagro), empresa de la Junta que fomenta la introducción de las nuevas tecnologías en los sectores agrario y pesquero. Durante estos días, ha contactado con siete empresas chinas y 14 españolas. Su impresión es que "hay un desconocimiento lógico del mercado, tanto de los clientes como de los competidores" por parte de las firmas asiáticas, aunque reconoce que sucede igual a la inversa. "El objetivo era conocerse, el siguiente paso es intercambiar más información, y ya con ideas más concretas, seguir", explica. "Pero no es una feria comercial", recuerda.

Zhao Yuhai, del Programa Nacional de Investigación y Desarrollo de Alta Tecnología coincide en el desconocimiento mutuo de ambos países. "Los españoles no entienden a los chinos, ni los chinos a los españoles. Es un contacto inicial", dice. Su puesto agrupa a universidades y empresas que desarrollan desde materiales superconductores hasta un autobús eléctrico.