El 'Movistar' examina su avería en Portugal
El equipo Movistar decide hoy qué hacer con su barco averiado después de que, desde ayer, esté examinando los desperfectos a través de ultrasonidos en el puerto portugués de Portimão, en el Algarve. Tras abandonar por un choque contra una ola la primera etapa de la Vuelta al Mundo tan sólo 12 horas después de partir de Vigo, barajaba anoche distintas posibilidades: desde trasladar el velero sobre un carguero a Ciudad del Cabo -salida de la segunda etapa, el 2 de enero, hacia Melbourne- mientras se fabrican las piezas dañadas hasta repararlo en la citada localidad lusa y reincorporarse a la primera etapa. El daño de la nave se centra en la estructura que aguanta las bombas hidráulicas, que, a su vez, controlan la quilla pivotante. También está tocado el mamparo principal, que aguanta los esfuerzos del mástil. Otras partes, como la electrónica o las velas, están intactas.
"¿Cómo se explica que Michael Schumacher tenga un fallo de motor en su bólido de fórmula 1 o que se rompa el palo de un barco de la Copa del América con 200 millones de euros de presupuesto? "Porque van al límite". El danés Ib Andersen, responsable técnico del Movistar, explica así la inesperada avería. ¿Va a pedir responsabilidades al diseñador, el prestigioso neozelandés Bruce Farr? "Después de 20.000 millas sin problemas en los entrenamientos", alega, "el momento de la rotura parece en unas condiciones muy especiales: el barco iba muy rápido y cargado, se fue al vacío, cayó y chocó con una ola torcida. Es como si en un rally te sales de pista, vuelas cinco metros y se rompe la suspensión. Cuando tengamos todos los cálculos, se los enviaremos a Farr".
Sin embargo, ¿no había navegado ya antes a fondo? "Incluso en condiciones peores. Y nunca pasó nada", dice el patrón, el holandés Bouwe Bekking; "navegábamos con ritmo de competición, fuerte, pero no lo suficiente para una rotura como ésta. No puedo explicar las razones que la causaron". No hay diez años de experiencia en estos veleros de velocidad superior a lo que se había visto hasta ahora. Las consecuencias, por tanto, son imprevisibles. En todo caso, Pepe Ribes, proa del Movistar, declara que las sensaciones fueron "extraordinarias". El percance lo atribuye a la mala suerte.
En el tercer día de navegación hacia Ciudad del Cabo hubo una lucha entre el ABN AMRO 1, holandés, y el Brasil 1, con Roberto Bermúdez a la caña. Una milla los separa. El tercero era el Ericsson, sueco, que aguanta pese a haber roto la botavara el día anterior. El ABN AMRO 2, líder en la primera jornada, es el cuarto. Son los que pugnarán por atisbar primero Suráfrica. Los otros ya no tienen posibilidades. El Piratas del Caribe, estadounidense, llegó a Cascais, donde comenzó a reparar su vía de agua tras una rotura en la caja de la quilla, y el Sunergy, australiano, también ha puesto pie en tierra, en Madeira, para restañar las heridas.
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