De la página a la pantalla

MICHAEL CUNNINGHAM llevaba diez años escribiendo en el anonimato cuando un amigo le pidió que enviara un relato a The New Yorker. Con ánimo de demostrar la futilidad de ese tipo de gestos, Cunningham envió el primer capítulo de Una casa en el fin del mundo a la prestigiosa revista. Para su sorpresa, el texto fue aceptado, suscitándose un enorme interés por la novela, aún en curso. Fue el principio de una carrera literaria que se cruzaría con el mundo del cine. La obra más importante de Cunningham, Las horas, reescritura de una novela de Virginia Woolf, Mrs. Dalloway, se convirtió en una súper producción de Hollywood, con un reparto que incluía a Ed Harris, Julianne Moore, Meryl Streep y Nicole Kidman en el papel de Woolf, por el cual ganó un oscar. Después se llevó a la pantalla Una casa en el fin del mundo, y ahora se estudia la posibilidad de una versión cinematográfica de Días memorables. Sobre la relación cine literatura, Cunningham comenta: "Me interesa lo que pasa cuando se cambia de medio. Las horas acercó a Virginia Woolf a millones de personas ajenas al mundo de la literatura. Una obra tan poco accesible como Mrs. Dalloway saltó a las listas de best sellers. En el mundo del cine las cifras son vertiginosas. Si un libro vende 100.000 ejemplares es un gran éxito. Si de una película se venden 100.000 entradas es un fracaso estrepitoso. Al nivel más fundamental, las películas y las novelas son dos formas de contar historias, y aunque sus métodos sean diferentes, sus objetivos son semejantes. Se trata, en ambos casos, de cautivar a la gente, de conmoverla y ayudarle a que se sienta acompañada en la vida por los personajes que uno crea. Lo que me interesa del trabajo de guionista es la increíble velocidad y el ritmo que exige la narración fílmica. En un guión no se puede aflojar el ritmo un solo momento, es una carrera trepidante que no cesa hasta el final. Como escritor me parece un reto fascinante".