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Atutxa afirma que el proceso contra él fue un montaje de La Moncloa

El ex presidente del Parlamento vasco considera su absolución un triunfo de la democracia

El ex presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, se desquitó ayer tras "30 meses de calvario" por el proceso seguido contra él y contra Gorka Knörr y Kontxi Bilbao, los otros dos miembros de la Mesa del Parlamento que él presidía, absueltos esta semana de desobediencia por no disolver el grupo parlamentario de Batasuna.

Atutxa considera que el proceso fue "un montaje", detrás del que hubo un "impulso político" y una "pretensión de sometimiento", "invasión" y "atropello" del Parlamento vasco. Tras las decisiones del Supremo había en realidad una "orden teledirigida desde La Moncloa", sostuvo. Y recordó que se hubiera entrado en un terreno "verdaderamente peligroso y arriesgado para la democracia" si se llega a abrir la espita del control por parte de los políticos de las "más altas esferas de la Justicia".

Atutxa estuvo rodeado en su comparecencia en la sede peneuvista de docenas de cargos públicos y dirigentes del PNV, entre ellos su presidente Josu Jon Imaz, que convirtieron la rueda de prensa en un acto de desagravio.

Atutxa no se dejó a nadie en el tintero. Se preguntó dónde estaban ayer las voces del ex presidente José María Aznar y de sus ministros José María Michavila, Jaime Mayor y Ángel Acebes, o la del fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, que presentó la querella inicial en 2003 por desobediencia y que un año antes había defendido en un informe remitido al juez Garzón que partidos y grupos parlamentarios son "realidades jurídicas diferentes".

Tanto Imaz como Atutxa coincidieron en resaltar que la absolución, apoyada en la prerrogativa de la inviolabilidad parlamentaria, es un "triunfo de la democracia". Y ante los que han criticado la sentencia aduciendo que abre espacios de impunidad para los diputados, Atutxa reiteró que nunca han buscado impunidad alguna. "No pretendo ni quiero ser impune", dijo ante sus seguidores, "sino que se respete nuestro derecho a la inviolabilidad parlamentaria y el respeto a una institución".

Atutxa, que agradeció la labor de los servicios jurídicos de la Cámara, consideró "irreversible" el fallo. PP y PSE defendieron su actuación y avanzaron que no pedirán perdón por "defender el Estado de derecho" (PSE), y porque no hubo "ofensa personal" (PP).

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