El Museo Diocesano exhibe un manuscrito atribuido a Cervantes
El documento forma parte de una exposición en Barcelona sobre la juventud del escritor
De su puño y letra, o eso dicen. Algunas pocas páginas del manuscrito Canzuni amurusi siciliani, de Antonio Veneziano, llevan la firma de Miguel de Cervantes. El autor del Quijote compartió prisión en Argel con el escritor siciliano y le escribió las octavas dedicadas a Celia, el amor platónico de Veneziano, el 6 de noviembre de 1579. Los poemas, que se exhiben por primera vez fuera de la Biblioteca Central de la Región Siciliana en Palermo, son la estrella absoluta de la exposición Cervantes en el Mediterráneo, que puede verse hasta el 8 de enero de 2006 en el Museo Diocesano de Barcelona.
El comisario de la exposición, Pedro Jorge Figuerola Rotger, lamenta que los grandes especialistas en Cervantes todavía no hayan estudiado este manuscrito, que, sin embargo, fue descubierto a mediados del siglo XIX, aunque el hallazgo tuvo escasa repercusión en España ya que coincidió, explica, con el de otros dos textos cervantinos que finalmente se demostraron falsos. "Es el primer manuscrito de Cervantes, del que por otra parte hay escasísimos ejemplos, que se exhibe durante el IV centenario del Quijote", indica Figuerola, que no deja de agradecer a las autoridades italianas el préstamo del libro. "Para ellos es muy importante, no tanto por Cervantes, sino porque es el primer texto que se conserva escrito en dialecto siciliano", indica.
El manuscrito no es la única joya de esta exposición que organiza el Museo Diocesano junto al Instituto Europeo del Mediterráneo y que cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura y de la Asociación de Bibliófilos de Barcelona. La exposición aborda la juventud de Miguel de Cervantes desde que, debido a una dura condena tras un duelo no documentado, dejó España en 1568 -la hipótesis del comisario es que su salida hacia Roma, en donde fue camarero del futuro cardenal Julio Acquaviva, se produjo en esta fecha y no el año siguiente como explica la biografía oficial- hasta que regresó al puerto de Denia en 1580 tras haber sido rescatado de su cautiverio en Argel. Doce años en los que conoció la cultura y literatura italianas de la época, se hizo soldado y conoció las glorias y miserias de su tiempo.
El grueso de la exhibición se centra en su etapa como soldado, en especial en su participación, con sólo 24 años, en la famosa batalla de Lepanto -"una auténtica carnicería en la que murieron 40.000 hombres en cuatro horas", indica el comisario- y también en su posterior cautiverio en Argel, en donde estuvo preso cinco años y efectuó cuatro intentos fallidos de fuga. "Ni Salgari podía imaginar aventuras como las de Cervantes a lo largo de estos 12 años", comenta Figuerola, quien opina que todas estas vivencias de El Manco de Lepanto (Cervantes fue herido por tres balas en la batalla y una de ellas le inutilizó para siempre la mano izquierda) se reflejan en su obra literaria posterior, "sobre todo en su loanza de la libertad que subyace en todo El Quijote".
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