Gigatron reinventa el 'heavy metal' con humor en su segundo disco
Los dioses han vuelto. O, al menos, es lo que dicen ellos mismos, los componentes de Gigatron, el grupo valenciano de heavy que acaba de sacar al mercado su segundo disco, Mar de cuernos, y que se presentó ayer tarde en el Forum de la FNAC en olor de multitud. Porque tal era el gentío que se agolpaba en las puertas del espacio cultural del centro comercial valenciano que lo primero que se percibía era el olor a gente amontonada.
Gigatron, la banda nacida hace más de un lustro para poner patas arriba todos los tópicos del heavy-metal con el objetivo de reírse de ellos, ofició un acto tan gamberro como sus canciones, en las que mezclan reivindicaciones barriobajeras con referencias a la violencia y las drogas y todo lo que sea políticamente incorrecto, bajo una estética freak presidida por el humor.
Capitaneados por Charly Glamour y su pinta de tachuela incordiante, Gigatron congregó ayer a dos centenares de personas ávidas de reencontrarse con un grupo que reniega de todo y de todos, que se define "anticristiano" y que no duda en acusar de plagio a otras bandas que han copiado sus canciones para cambiarles las letras.
Sin embargo, su iniciativa de versionar (según ellos, publicar los temas originales que otros les copiaron) clásicos del rock y el heavy, como el Highway to hell de AC/DC, transformado por Gigatron en Del cielo a Teruel, se ha encontrado con problemas legales, por lo que su recopilación de temas ajenos, Hithrashhit, el disco fantasma de la banda, se puede encontrar en Internet a partir de un código de descarga que facilita cada ejemplar de su segundo disco, Mar de cuernos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.