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Reportaje:

Ataque y gol

El Barcelona firma el mejor promedio goleador de Europa con 2,5 tantos por partido

El partido contra el Panathinaikos fue tan exquisito (5-0) que necesariamente remitió al barcelonismo a una de sus noches más felices de los últimos tiempos, la que vivió el 29 de septiembre de 1993, frente al Dinamo de Kiev, también en el Camp Nou (4-1). Aquel encuentro está considerado como el mejor que disputó el dream team de Cruyff por la variedad de jugadas y remates que se sucedieron. El Barcelona disparó a la portería ucrania cada tres minutos, justamente la misma frecuencia (3,27) que alcanzó el plantel de Rijkaard en la contienda del miércoles pasado. Aunque nunca fue tan exigido por el Panathinaikos como por el Dinamo, la hinchada se felicitó en ambas ocasiones por el despliegue del equipo, que fue a por el partido con tanta determinación como clase, precisamente las dos condiciones que se exigen en el club azulgrana para que haya sintonía entre la grada y la cancha.

Aunque no necesariamente es sinónimo de competitividad, al Barça le gusta jugar al ataque, y las cifras aprueban su propuesta tanto en la Liga como en la Champions. Enfocado a la meta contraria, el Barcelona cuenta hoy con el mejor promedio goleador de Europa: 2,5 tantos por partido. "La obsesión era devolverle el sello Barça al estilo de juego del equipo, y creo que lo hemos conseguido", afirma el director deportivo, Txiki Begiristain. La vocación de equipo ofensivo por naturaleza, le anima a jugar en cancha ajena y aumentar la producción de jugadas ofensivas a partir de acciones estudiadas y, sobre todo, mediante el factor sorpresa.

Al Barça le ha alcanzado con la recuperación de sus lesionados (Edmilson, Larsson, Gabri y Motta), el fichaje de dos jugadores que quedaban libres (Van Bommel y Ezquerro) y el ascenso de Messi, para mejorar su plan de ataque en los últimos cuatro partidos disputados en el Camp Nou. Ha jugado de manera tan dinámica, profunda y vertical que Osasuna, Real Sociedad, Málaga y Panathinaikos han levantado la bandera blanca. Aunque los goles se concentran en la delantera (Eto'o, con 14, y Ronaldinho con 11, suman el 65%), la pegada azulgrana es hoy más variada, tanto que hasta Puyol marcó después de tres años y nueve meses de abstinencia. Tras pasarse un año con sólo doce futbolistas, el entrenador ha utilizado esta temporada a 21. Sólo Damià y el portero Jorquera no han debutado. Aunque el entrenador tiene donde elegir, hay algunas decisiones que tienen una importancia decisiva sobre el plan de juego.

- Messi o Giuly. No han sido compatibles hasta el momento pese a que son dos delanteros muy diferentes. "Para un entrenador es una duda que tiene su parte buena y otra mala", argumenta Rijkaard. "Técnicamente es un lujo poder elegir mientras que humanamente resulta un problema". Messi compite con Eto'o y Ronaldinho por protagonizar el juego de ataque mientras Giuly es un jugador de equipo. El francés es rápido, trabaja las espaldas de los zagueros, ofrece línea de pase y salida para los volantes y le da profundidad al colectivo. Messi no necesita de nadie para jugar. Su fútbol es competitivo y virtuoso estimula a Ronaldinho y Eto'o. Lejos de los problemas de incompatibilidad de otros tiempos, las dos estrellas permutan posiciones con naturalidad. Funcionan tan bien que el protagonismo de Larsson, Ezquerro y Maxi es menor.

- Xavi como volante o medio centro. La línea media es la más cambiante. Rijkaard ha utilizado a Xavi, Edmilson, Deco, Márquez, Van Bommel, Iniesta, Motta y Gabri. Unos ejeºrcen como medio centro, otros como volantes y alguno también como central. Xavi ha actuado en el centro o tirado a una banda y, por tanto, su posición marca el estilo de juego. No es lo mismo que el Barça se arranque con Xavi que con Edmilson o Márquez. La decisión depende, sobre todo, de la propuesta ofensiva del rival, que intenta que el Barcelona salga desde atrás con Puyol como conductor. Los azulgrana se endurecen frente a contrarios fuertes y en cambio se estiran desde el medio campo ante adversarios menores. Iniesta ha sido el mejor sustituto de Xavi como volante cuando éste ha ejercido de medio. La presión de los medios y delanteros, por lo demás, es vital para poner a salvo a los defensas y garantizar un buen caudal de juego ofensivo porque el Barça no sabe descansar ni especular con el marcador. En ausencia de Deco, Van Bommel es quien ejerce de duro en defensa y llegador en ataque.

- Los centrales. No hay una pareja estable sino que Puyol se alterna con Márquez, Edmilson y Oleguer, ahora reciclado como lateral por la lesión de Belletti. Aunque el club se propone en cada pretemporada fichar un central izquierdo, acaba jugando con los zagueros de siempre y no resuelve sus problemas de contención cuando no tiene la pelota. Sylvinho ha mejorado la banda izquierda y Oleguer defiende mejor que Belletti. No es la línea más fiable porque está concebida para atacar. La irregularidad de Valdés, que acumula cinco partidos imbatido, combina acciones de cierta inseguridad bajo los palos con una gran implicación en el inicio del juego ofensivo. Necesita el equipo azulgrana probarse lejos del Camp Nou o frente a rivales con pegada, como el Madrid o el Chelsea, para contrastar su mejora defensiva.

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