La odisea para adaptar los ordenadores

Al equipo de redacción de Nueva Voz le pilló por sorpresa algo obvio, pero que se convertiría en una auténtica odisea para poder publicar el número cero: los ordenadores españoles no están adaptados al árabe. Quizá por eso este primer número que salió el 1 de noviembre a la calle no sea un ejemplar muy periodístico: se echan en falta la disposición en columnas de las páginas de cualquier rotativo y una maquetación que imite menos a las revistas.

La solución de emergencia pasó porque la directora, Naima Ejbari, transcribiera al programa informático de Word en castellano los textos en árabe con un pequeño adaptador, mientras se pedían en Marruecos los programas de edición. El siguiente paso fue escanear todo el texto, pasarlo al programa de Photoshop y de ahí al formato PDF. De este modo el programa Page Maker podía reconocer los textos escritos en árabe, ya que la rotativa cordobesa en la que se realiza el periódico imprime en PDF a 300 puntos por página.

"Ahora ya tenemos programas en árabe. Hemos adaptado los textos para ponerlos a caja y hacer una edición más periodística", explica el editor, Ignacio Ortega. Tampoco faltaron problemas a la hora de imprimir en los talleres cordobeses, ya que jamás habían editado un periódico en árabe. Todas y cada una de las páginas de Nueva Voz han tenido que entregarse en formato de imagen para poder ser impresas.

El último eslabón de la complicada cadena en la edición de un medio escrito, la distribución, lo resolverán de manera personal y con sus propios medios cada uno de los redactores. "Iremos a los puntos clave de El Ejido, La Mojonera, Vícar, Roquetas, Almería y Níjar y entregaremos en mano los ejemplares. La gente nos los quitaba de las manos en los pocos puntos a los que hemos ido en estos dos días", explica la directora.