La pandemia del Estatut
1. ¡MENOS MAL que el PP está haciendo una campaña para informar sobre el Estatut! Menos mal, porque se estaba hablando muy poco de este tema. Si no llega a ser por la campaña del PP, ni nos enteramos de que hay Estatut. Qué medio millón de euros tan bien empleado: mensajes en vallas, en la radio, en la prensa... Esto sí que es una pandemia, y no lo de la gripe aviar.
2. Sin embargo, esta vez el PP ha sido poco claro. "Si nos la quieren cambiar, tenemos derecho a opinar". Si no se está atento, no se sabe si lo que nos quieren cambiar es la pilila o la Constitución. Josep Piqué sugiere que debe evitarse la impresión de que el PP desea enfrentar a los catalanes con el resto de España. De ahí que se descartara el lema inicial: "Echemos a los catalanes al mar, y a Zapatero asémosle como un pollo con gripe hasta que devuelva el Gobierno a José María Aznar". En la dirección del PP, todos miraron consternados a Ángel Acebes, responsable de la campaña. "¿Qué pasa?", preguntó Acebes, "mar rima con Aznar". "Un poco largo", zanjó Rajoy, por la tangente, con su proverbial habilidad.
3. El PP lo apuesta todo al negro. ¿Qué pasará si ZP logra un acuerdo? ¿Qué nuevas catástrofes nos vaticinará Aznar, el hombre infinito, así descrito por Mariano Rajoy? Por ser precisos, Rajoy cree que Aznar es infinito y al tiempo se multiplica por ciento cincuenta millones. Para que luego digan que Rajoy es blando. En el caso hipotético de que se acabara el Aznar infinito, ¡aún quedarían ciento cincuenta millones de Aznar!
4. Una alarma: en las mercerías apenas debe quedar bandera española. ¡Tantos políticos se han envuelto en ella en estos días! Curiosamente, se debaten los Presupuestos Generales del Estado, y no aparecen diferencias graves entre derecha e izquierda, aunque sí hay una discusión fuerte. ¿Sobre qué? Sobre la incidencia del Estatut en los Presupuestos. Así como el pobre Truman vivía en un show de televisión, a veces parece que nosotros vivimos en un chiste de Jaimito.
5. Pasqual Maragall, Juan Carlos Rodríguez Ibarra y José Bono se lanzan dardos dialécticos a distancia: "Es del PSOE y habla como si fuera del PP", dice Maragall de Bono. "Es del PSOE y habla como si fuera de ERC", replica Ibarra. "Que Maragall se calme y no quiera colocar a su hermano en el Gobierno", remata Bono. Belén Esteban, Mari Cielo Pajares y Antonio David no lo harían mejor.
6. Los socialistas se indignan y acusan al PP de hacer electoralismo con la unidad de España, pero quien esté libre de pecado que tire la primera piedra (a ser posible sin dañar a nadie). Los socialistas adoptaron en Catalunya un discurso nacionalista por electoralismo, y en el resto de España apoyaron ese rumbo por electoralismo, para desgastar a Aznar. Ahora, desde el PSOE, rechazan ese discurso nacionalista también por electoralismo, porque les desgasta a ellos. Empieza (¡sólo empieza!) la tramitación parlamentaria del Estatut, y en las puertas de las Cortes habría que poner un cartel con la leyenda: "No molesten. Estamos trabajando". Pero con las letras mirando hacia dentro.
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