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"Los promotores y los ayuntamientos tendrán que cargar con cuatro muertos"

Jaume Galvany es el padre de Albert Galvany, el joven piloto de 28 años que, con otras tres personas, murió el día 24 al estrellarse su avioneta contra una grúa ilegal de una construcción de Sant Quirze. Ayer no quiso perderse la manifestación contra el cierre del aeropuerto de Sabadell. Galvany describe a su hijo como un hombre "prudente, con un carácter vital y muy honesto", alguien que "no corría riesgos". A menudo, recuerda, "hablábamos de las tramas urbanísticas del entorno del aeropuerto, él siempre estaba dispuesto a luchar contra las injusticias". Por eso, Galvany afirma: "Estoy dispuesto a gastar hasta mi última gota de energía para hacer justicia, no sólo por mi hijo, sino también por sus tres compañeros muertos". Todavía no sabe qué puede hacer, pero, añade: "Si puedo querellarme contra el Ayuntamiento, lo haré". Galvany no puede evitar expresar su indignación hacia el Ayuntamiento de Sant Quirze y los promotores de las viviendas en construcción: "Tendrán que cargar siempre con cuatro muertos sobre sus espaldas". Tampoco le gustó nada la manifestación que se hizo el mismo día del accidente. "Alegaron que era un homenaje a las víctimas. Es como si nos trataran de estúpidos. El mejor homenaje era desconvocar la manifestación".

Si Albert era un piloto experimentado, las otras tres personas que aquella tarde fatídica iban en la avioneta eran "técnicos de Spanair expertos de mantenimiento". Por tanto, asegura Galvany, "sabían lo que se hacían y no cometieron imprudencias". Tampoco, añade, "hubo fallos mecánicos. Fue culpa de la grúa, y la prueba es que a la mañana siguiente la desmontaron. Cada vez es más evidente que la muerte de mi hijo podría haberse evitado".

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