Sonidos de vidrio y agua en el Festival de Músicas Minúsculas
Artefactos de limpieza y simples objetos de adorno sirven para producir música. Lo demostró ayer en el Círculo de Bellas Artes el artista de origen armenio Arto Tunçboyaciyan, a base de manejar botellas de vidrio y golpear baldes de agua. El músico, que también compone y canta, abrió con sus peculiares percusiones el Festival de Músicas Minúsculas, que celebra su segunda edición.
Impulsado por la cadena radiofónica M80 y el programa No somos nadie, el encuentro intenta demostrar que pueden salir sonidos armoniosos o divertidos de los objetos más inverosímiles. Las interpretaciones de los artistas que participaron en la primera edición del festival ya están incluidas en un disco, editado por Gran Vía Musical.
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