Demasiado grande para las casas modernas
El Retrato de Guerrita, que desde ayer se puede contemplar en el Museo Julio Romero de Torres de Córdoba, mide 2,2 metros de alto por 1,35 de ancho. El autor de La chiquita piconera quiso pintarlo así, grande, para resaltar la majestuosidad del diestro cordobés.
Pero eran otros tiempos. Cuando el siglo XIX se despedía, los techos de las casas eran altos y un cuadro como el pintado por Romero de Torres tenía su lugar. Carmen Salinas, una de las dos nietas propietarias del lienzo, recuerda como su madre tuvo que cambiar de piso cuando recibió el cuadro en los años cuarenta. Literalmente, no cabía.
Retrato de Guerrita fue pintado a finales del siglo XIX. El torero aparece de cuerpo entero, vestido con el traje de luces. El lienzo es de corte clásico y pertenece a la primera etapa de Romero de Torres, en la que el pintor no se prodigó en este tipo de trabajos. La técnica utilizada es la de óleo, aunque tiene algunos empastes que el maestro utilizó para resaltar la filigrana del traje de luces del matador, conocido popularmente como El Segundo Califa del toreo -el primero fue Lagartijo-.
En mayo del año 1997, fue restaurado por María Dolores López Jurado. Carmen, la nieta del diestro, recuerda vagamente que en una ocasión el padre de otro monstruo cordobés del toreo, Manolete, mantuvo una discusión frente al lienzo. La mala fortuna quiso que un objeto, Carmen no recuerda qué exactamente, fuera a parar contra la tela. El cuadro estuvo ajado hasta finales de los noventa, cuando recuperó su aspecto original.
"Él estaría orgulloso de estar aquí", dijo ayer uno de los biznietos del diestro, quien recordó las fotografías en blanco y negro en las que aparecían el torero y el pintor juntos. "Creemos que Guerrita estaría contento de que le viera la gente en el museo", afirmó su nieta Carmen.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.