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Las obras ocultan decenas de señales de tráfico a los conductores

El PSOE acusa al Ayuntamiento de permitir que se incumplan las ordenanzasEl grupo municipal socialista denuncia que muchas indicaciones en las calles en obras incumplen la ordenanza que las regula

Soledad Alcaide

Carteles con indicaciones de tráfico pegados con cinta aislante, señales que se contradicen entre sí sobre la limitación de velocidad a causa de las obras, zonas donde se interrumpe el paso de los peatones, desvíos de calles sin indicar el itinerario alternativo... Éstas son algunas de las múltiples infracciones o irregularidades respecto de la Ordenanza Reguladora de la Señalización y Balizamiento de las Ocupaciones de las Vías Públicas por la Realización de Obras y Trabajos que el grupo municipal socialista ha localizado en el distrito de Fuencarral-El Pardo.

El trabajo realizado por los socialistas en esta zona de la ciudad muestra, en su opinión, un claro ejemplo de lo que sucede en otros muchos puntos del resto del territorio urbano por culpa de las numerosas obras que inundan Madrid.

La normativa afirma en su artículo 8 que el "peticionario de la ocupación", la empresa constructora que lleva a cabo las obras, está obligado al "mantenimiento y buena visibilidad de la señalización vertical existente en la calle y que queda afectada por la zona de la obra".

Sin embargo, la fotografía superior ilustra cómo las obras de conexión de la avenida del Ventisquero de la Condesa con la de la Ilustración (la vía de circunvalación M-30 en el norte), bajo la avenida de Betanzos -en esta última es donde se ha tomado la imagen-, incumplen este precepto. Es la propia valla que separa las obras de la calzada la que tapa la señal a los vehículos que circulan por esta calle.

Es uno de los múltiples ejemplos que pueden encontrarse en este distrito de la zona norte, que, según el concejal socialista Pedro Sánchez, es un ejemplo de cómo se incumple la ordenanza municipal por toda la ciudad, con el consiguiente riesgo para los conductores y peatones.

El distrito de Fuencarral-El Pardo, en el norte de la capital, sufre en la actualidad un gran número de obras: la conexión con la avenida de la Ilustración -y, por tanto, la M-30 norte- de la avenida del Ventisquero de la Condesa, bajo la de Betanzos; el acceso de la carretera de Colmenar a la M-40; la reforma en el entorno de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, junto al hospital de La Paz; y también en las glorietas de Salvador Maella y de Nueva Zelanda, donde está en construcción la ampliación de la avenida de la Ilustración, para conectarla con el futuro túnel del bypass norte.

La ordenanza municipal establece los requisitos que deben cumplir las señales de "todas las obras o trabajos que se realicen en la vía pública" y su incumplimiento acarrea una sanción con multa de hasta 600 euros. La ordenanza también habilita al Ayuntamiento a retirar "acopios incorrectamente realizados y, en su caso, a la paralización de las obras".

"Si está justificada esta ordenanza es precisamente para las grandes obras", asegura el concejal socialista, Pedro Sánchez. "El Ayuntamiento debía haber puesto más intensidad en su cumplimiento". "Especialmente", continúa el edil, "porque suponen un riesgo para la seguridad de peatones y conductores".

Según Sánchez, es especialmente grave la ausencia de señales en algunos puntos con obras, lo que va en contra del artículo 10 de la ordenanza, que exige que toda obra, "cualquiera que sea su naturaleza, deberá venir advertida por la señal de 'peligro, obras".

Por ejemplo, el vehículo que se acerca a las obras de la glorieta de Nueva Zelanda, al bajar por la calle del mismo nombre, no encontrará señales de disminución de velocidad.

Tampoco los conductores que desde la carretera de Colmenar se desvíen a la altura de Mirasierra para tomar la avenida del Cardenal Herrera Oria. Sin embargo, unos metros más adelante, en pleno carril en curva, encontrarán una señal de disminución de la velocidad a 40 kilómetros por hora de baja altura, de forma que es difícil que la vea el conductor.

Otra de las carencias suele ser la inexistencia de señalización nocturna. El artículo 18 de la ordenanza impone que "los recintos vallados o balizados llevarán siempre luces propias, colocadas a intervalos máximos de 10 metros". Según Sánchez, "conducir de noche por este distrito es un auténtico caos", porque apenas existe iluminación en los trabajos de las calles.

Un lugar especialmente grave donde se produce esta situación es en el acceso hacia la carretera de Colmenar, la M-607, desde la avenida del Cardenal Herrera Oria. Un giro abrupto dificulta la maniobra a los vehículos de mayor tamaño que, a menudo, al abrirse para tomar la curva, invaden el carril contrario. Aunque ya hay riesgos al girar con la luz del día, de noche, como no hay señales luminosas que marquen la dirección al conductor, este giro es especialmente peligroso.

Las infracciones en los lugares por donde pasan los peatones son también muy habituales. En la avenida del Cardenal Herrera Oria, frente a la fábrica de Clesa, existía un paso de cebra. Ahora que las balizas han ocupado la calzada, ha desaparecido la señal reflectante horizontal en el suelo, lo que está prohibido por la ordenanza. "En las ocupaciones que afecten a aceras y puntos de la calzada debidamente señalizados como paso de peatones habrá de mantenerse el paso de los mismos", indica el artículo 26.

Otro ejemplo está en la glorieta de Nueva Zelanda, donde la acera de la calle del mismo nombre queda cortada de forma abrupta, sin que los responsables de las obras hayan habilitado un paso para los peatones a partir de ese punto. Al no ofrecer alternativas, el peatón está obligado a caminar por la calzada, sin que en ella haya ningún tipo de protección.

"Para qué mencionar la absoluta imposibilidad que tendrían las personas con disminución motora o con cochecitos de niño para circular en los entornos de las obras", agrega el concejal socialista.

En este distrito también se encuentran señales contradictorias, como la que existe junto al barrio de Begoña, en el tramo de la M-30 en dirección a la carretera de Colmenar. El conductor que circule por el punto kilométrico 9 encontrará primero una señal que le indica que debe reducir su velocidad por obras a 60 kilómetros por hora. Más adelante, otra señal, también por obras, le aconseja volver a reducir..., pero a 80 kilómetros por hora.

Pedro Sánchez se queja especialmente de que sean los empleados de las constructoras, en lugar de los agentes de Movilidad, los que estén dirigiendo la circulación en los lugares donde se cometen infracciones. "Esto no ha ocurrido en las últimas semanas, sino desde que empezaron las obras", asegura.

En ocasiones, la chapuza impera en las señales, que se modifican sobre la marcha. Por ejemplo, junto al hospital Ramón y Cajal, en la carretera de Colmenar sentido norte, está indicado el carril para autobuses, pero sin una señal reglamentaria: es un cartel escrito a mano en el que se lee "bus" y que está pegado con cinta aislante.

Otro ejemplo en la misma zona: la señal que indica la dirección hacia la M-607 y la M-40 tiene tapadas otras indicaciones con plásticos.

Preguntado sobre estas infracciones, el director general de Movilidad del Ayuntamiento, Javier Conde, insistió en que son las propias concesionarias de las obras las que hacen la señalización. "Cuando hay algún problema, el que sufre el trastorno, sea la ciudad o el ciudadano, puede reclamar", agregó.

Preguntado por la actuación del Ayuntamiento de Madrid en esos casos en los que se cometen infracciones, aseguró que "hay sanciones y expedientes", aunque dijo desconocer la cantidad que alcanzan las multas por estas infracciones, ni cuántas empresas han sido sancionadas por ello en los últimos meses. "Si localizamos la infracción, le decimos al responsable de la obra que cambie la señal", añadió el director de Movilidad.

"En Madrid existen un cuarto de millón de señales verticales. Hay muchas veces en que están tapadas por las ramas de un árbol. Hacemos inspecciones periódicas, pero es un trabajo que hay que hacer calle por calle", subrayó el director de Movilidad. "Es un tema complejo".

Una señal de tráfico parcialmente oculta tras una valla en las obras que se realizan en el cruce de las avenidas de Betanzos y la Ilustración.
Una señal de tráfico parcialmente oculta tras una valla en las obras que se realizan en el cruce de las avenidas de Betanzos y la Ilustración.MANUEL ESCALERA

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Sobre la firma

Soledad Alcaide
Defensora del Lector. Antes fue jefa de sección de Reportajes y Madrid (2021-2022), de Redes Sociales y Newsletters (2018-2021) y subdirectora de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS (2014-2018). Es licenciada en Derecho por la UAM y tiene un máster de Periodismo UAM-EL PAÍS y otro de Transformación Digital de ISDI Digital Talent. 

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