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Reportaje:

Acelerón del Valencia

El equipo de Quique gana un duelo de alto voltaje en Chamartín y el Getafe vuelve a ser líder tras arrollar al Zaragoza

José Sámano

Convertido desde hace tiempo en un clásico con mayúsculas, el Madrid-Valencia resultó un duelo bien hervido, tenso, eléctrico y con mucha cicuta. En un partido de cuerpo entero, sólo hecho para futbolistas de alto voltaje, el Valencia se llevó la victoria en medio de la bronca de la grada, enrabietada por las expulsiones finales de Gravesen y Beckham y apesadumbrada, quizá, por el error inicial de Zidane, que falló un penalti con el marcador a cero. Luego, acertó Raúl, pero, a balón parado, Baraja, de falta directa, y Villa, de penalti, retorcieron el resultado. Con Aimar en su mejor versión, el equipo de Quique Sánchez Flores supo capear las cargas del Madrid y, al mismo tiempo, hacer cosquillas a la defensa blanca, en la que sobresalió Sergio Ramos, todo un titán.

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Aimar marca la diferencia

La jornada también ofreció dos apuntes de gloria protagonizados por el Getafe y el Málaga. Los madrileños, lanzados desde el inicio del curso, se dieron un festín a costa del Zaragoza (5-2), al que arrollaron con un juego muy bien trenzado, brillante y divertido. El otro protagonista de la tarde resultó inesperado: el equipo de Antonio Tapia, el técnico malaguista al que ya algunos habían condenado, fue un huracán ante el Betis (5-0), uno de los invitados a la Liga de Campeones de esta temporada. Así son las cosas cuando algunos equipos inexpertos tienen que doblar el tajo en una semana. El Betis lo acaba de comprobar: en cinco días ha recibido nueve goles.

Otro equipo andaluz, el Cádiz, también está de fiesta. Consolidado fuera del Carranza, al equipo de Víctor Espárrago le faltaba dar una alegría a su afición. Y así ocurrió ayer ante el desmoralizado Athletic (1-0). Tan hundido está el equipo de Mendilibar, penúltimo, que hay que bucear hasta la temporada 1971-1972 para encontrar un inicio peor del histórico equipo bilbaíno.

El Atlético, por su parte, salió aliviado de Santander (0-1) gracias al primer gol liguero de Maxi Rodríguez. Mientras tanto, el duelo que aparentemete iba a ser el más tranquilo -Real Sociedad-Deportivo- resultó el más accidentado. Al árbitro, Medina Cantalejo, le dio un ataque de notoriedad e hizo que los jugadores deportivistas jugaran con un equipaje de la Real, escudo y publicidad incluidos. Un disparate.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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