Los efectos positivos de la sequía

El municipio de Àger (Noguera) alejará para siempre los fantasmas de la sequía y guardará las cisternas que en momentos concretos del verano ha tenido que utilizar para llevar agua de boca a algunos núcleos de población. La actual situación de sequía ha tenido para Àger un efecto positivo, ya que el Ministerio de Medio Ambiente ha tramitado por la vía de urgencia un proyecto de abastecimiento de agua que se hará realidad a finales de este mismo año y cuyo presupuesto es de 1,85 millones de euros.

Àger, situado al pie de la sierra prepirenaica del Montsec, es con 160 kilómetros cuadrados uno de los municipios más extensos de la comarca y está habitado por unas 600 personas, aunque en verano y en periodos vacacionales la población del valle puede llegar a multiplicarse por ocho. El municipio está formado por nueve núcleos habitados -Àger, Agulló, Corçà, La Régola, Millà, Los Massos de Millà, Vilamajor, Fontdepou y Sant Josep de Fontdepou- y un problema común a todos ellos ha sido en los últimos años la falta de agua, en especial en Corçà, que ha sufrido serias restricciones a pesar de encontrarse escasamente a medio kilómetro en línea recta del pantano de Canelles, uno de los más grandes de España.

Las obras que acabarán definitivamente con las restricciones y con la mala calidad del agua se iniciaron hace dos semanas con la perforación de un pozo de captación subterránea en la zona de El Molinell, al lado del pantano de Canelles. Este pozo, de una profundidad de 230 metros y un diámetro que oscila entre 30 y 40 centímetros, acumulará agua filtrada del pantano y será bombeada a un depósito de transferencia de 75 metros cúbicos. La captación no se realizará directamente en el pantano por razones técnicas, ya que su nivel está sometido a constantes fluctuaciones y ello dificultaría el bombeo del agua.

Desde el depósito de transferencia partirán dos ramales de tuberías, dotados con dos bombas cada una por si una de ellas se avería. Una de las canalizaciones, de unos dos kilómetros, llevará el agua hasta Corça, mientras que la segunda, de algo más de siete kilómetros, lo hará hasta el depósito de regulación de Agulló. Desde este punto, el agua se conectará a la red general que abastece a todo el valle. En un principio se había previsto captar un caudal de 15 litros por segundo, suficiente para abastecer a una población de 5.000 habitantes. Sin embargo, una vez perforado el pozo, se ha comprobado que la cantidad de agua filtrada es de 50 litros por segundo, por lo que al ir destinada sólo al uso de boca habrá excedentes.

El alcalde de Àger, el convergente Jordi Sentenach, afirma que con la ejecución de esta infraestructura se acabará para siempre con las restricciones y, además de aumentar la dotación, se conseguirá un agua de mejor calidad, ya que la que se consume en la actualidad contiene muchos residuos sólidos, principalmente cal, que estropean las tuberías y los electrodomésticos. "Para Àger", añade Sentenach, "esta obra será más importante de lo que ahora pueda parecer, ya que los vecinos no sólo no tendrán que pagar ningún euro por las obras, sino que ya no tendrán que sufrir más por el agua. Además, permitirá el desarrollo turístico del valle, que se había quedado estancado al no estar garantizado el abastecimiento en verano".

El valle de Àger, conocido como la Mesopotamia de Lleida por estar situado entre dos ríos -Noguera Ribagorçana y Noguera Pallaresa- y dos pantanos -Canelles y Camarasa-, tiene grandes posibilidades turísticas, es ideal para practicar deportes de aventura, especialmente el parapente y el ala delta, y cuenta con un avanzado parque temático relacionado con las ciencias del cosmos, promovido por el científico Joan Oró. La abundancia de agua que tendrá a finales de año será, sin duda, un nuevo incentivo para atraer nuevas inversiones.