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Reportaje:

El atractivo de la Europa más oriental

La subida del crudo ha impulsado las cotizaciones de las acciones de Polonia, República Checa y Hungría

Europa del Este está de moda. La subida del petróleo y las privatizaciones han impulsado las bolsas en Polonia, República Checa y Hungría. Además, el proceso de convergencia con la Unión Europea hace augurar que esas economías seguirán creciendo.

La Bolsa húngara se lleva la palma en revalorización en el año (41%), seguida de la República Checa (+37%) y Polonia (+30%)
Bancos, compañías petroleras y farmacéuticas destacan entre las apuestas de inversión de los analistas en los países de Europa del Este

Los esfuerzos para alcanzar los niveles de vida de los socios más antiguos de la Unión Europea están impulsando las economías y los mercados de Polonia, República Checa y Hungría, los tres principales países entre los 10 últimos en anexionarse al club europeo. Los mercados financieros no están siendo ajenos al proceso. Las privatizaciones de empresas alimentan las subidas en las bolsas de estos países desde 2004 y el número de compañías cotizadas no deja de aumentar. Un ejemplo. Desde agosto de ese año han saltado al parqué en la Bolsa de Polonia 33 empresas, lo que ha elevado a 232 el número de compañías cotizadas en ese mercado. En los últimos tres años, el índice MSCI de Mercados Emergentes Europeos (que abarca República Checa, Hungría, Polonia, Rusia y Turquía) se ha triplicado y, desde marzo de 2003, su evolución ha sido notablemente superior a la de los mercados de Europa Occidental y otros mercados emergentes mundiales.

Tras haber subido de forma casi continua desde la primavera, las bolsas de los países del centro y el este de Europa no han sido ajenas a los recortes sufridos en todos los mercados mundiales en octubre, como consecuencia del temor a un repunte inflacionista y una consolidación de las perspectivas de subidas de tipos de interés en Estados Unidos y la zona euro. Con todo, las perspectivas siguen siendo optimistas para la parte más oriental del Europa, opina Rosa Duce, del Centro de Inversiones de Deutsche Bank. Dos son los factores que seguirán sustentando el atractivo de la zona: el alto nivel del precio del petróleo y los avances en el proceso de convergencia.

Máximos históricos

El año no ha podido ser mejor para los mercados de la zona. El índice BUX de la Bolsa húngara alcanzó el pasado 4 de octubre el máximo histórico desde su creación en enero de 1991. El índice PX50 de la Bolsa checa también tocó en esa misma fecha la cima más alta que ha alcanzado desde su nacimiento en 1994. Aun tras los recortes de las últimas semanas, el índice CECE, que engloba las mayores compañías de Hungría, República Checa y Polonia, acumula una subida en euros de casi el 40%. Hungría se lleva la palma en revalorización (+41% en euros), seguida de la República Checa (+37%) y Polonia (+30%).

Buena parte de esas revalorizaciones obedece al encarecimiento del precio del crudo, ya que las bolsas del este de Europa cuentan con un importante número de compañías energéticas. Bien es cierto que el efecto de la subida del petróleo ya ha sido descontado por los mercados y las expectativas son ahora, más bien, de una moderación de las cotizaciones en los próximos meses, a medida que se vaya disipando el efecto de los huracanes Katrina y Rita. Este factor, por tanto, dejará de ser un motor de estas bolsas.

Pero ello, según Duce, no empaña el panorama, puesto que no ha sido el único sector que viene alimentando la escalada. La banca es otro sector que atrae con fuerza a los inversores, gracias a unos beneficios que baten expectativas, apoyados en la fortaleza del negocio crediticio, sobre todo hipotecario. Todo ello, en un entorno de alto crecimiento económico. Según estimaciones de Exane BNP Paribas, el PIB de Europa del Este crecerá un 4,6% el año que viene, cifra que se compara muy ventajosamente con el exiguo 1% que se espera para la zona euro.

Además, las entidades bancarias de Polonia, Hungría y la República Checa están expandiendo su negocio a países vecinos, sobre todo a los potenciales candidatos a integrarse en la UE, como Rumania, Croacia o Ucrania. La fusión entre el banco italiano Unicredito y el alemán HVB, ambos con una notable presencia en el este de Europa, ha intensificado el interés por la zona y ha dado pie a la formación de expectativas de que habrá más operaciones similares en el futuro.

Prueba del interés que los bancos del este de Europa despiertan es la disputada puja por la privatización del 62% del capital de la Banca Comerciala Romana (BCR), primer banco público rumano, que acapara una cuota del 25% del mercado de ese país. Siete bancos europeos aspiran a hacerse con ese pedazo de una entidad que suma activos por importe de 7,2 billones de euros y cuenta con 344 sucursales: el alemán Deutsche Bank, el austriaco Erste Bank, el portugués Millenium BCP, el Banco Nacional de Grecia, el italiano Banca Intesa, el belga Dexia y el francés BNP Paribas. Según algunas estimaciones, el ganador podría pagar hasta 3.500 millones de euros por la participación en la BCR. También está prevista para este año la privatización de CEC, una entidad de ahorro de menor tamaño.

En la actualidad, el 55% de los activos bancarios de Rumania están ya en manos de entidades extranjeras. Tras las dos operaciones anteriores, ese porcentaje podría aumentar hasta el 90%, lo que convertirá al mercado bancario rumano en uno de los de mayor participación extranjera en Europa. También, dada la presencia de entidades como Société Générale, la austriaca Raiffeisen y la alemana HVB (en proceso de adquisición por parte de la italiana Unicredito), la temperatura competitiva promete subir muchos grados. Según previsiones de Exane BNP Paribas, el crecimiento de la economía rumana no bajará del 5% este año y el que viene.

Otro sector que Deutsche Bank recomienda tener en el punto de mira a la hora de invertir en la zona es el farmacéutico. Zentiva, la mayor compañía de la República Checa, acaba de lanzar una oferta de compra sobre una compañía rumana de genéricos.

Riesgo cambiario

¿Existe riesgo cambiario en las inversiones en la Europa emergente? Jack Arnoff, gestor de los fondos Pictet para el este de Europa, apunta que ese peligro, en la actualidad, está controlado. La razón es que la zona está sometida al marco monetario de convergencia con la UE. Además, la zona cuenta a su favor con un historial de bajos niveles de inflación y tipos de interés históricamente bajos.

Arnoff disipa también otros temores. "Se trata de una región estable, de crecimiento sostenido y reducido riesgo relativo, con mercados financieros cada vez más transparentes y contabilidades acordes a las normas internacionales de contabilidad", señala. Entre sus valores preferidos, destaca la gasista húngara Mol Magyar Olaj, el banco OTP, del mismo país y la compañía de telecomunicaciones polaca Polish Telecom.

Un poco más a Oriente, los mercados rusos también están participando de esta bonanza inversora. El primer ministro ruso, Mijaíl Fradkov, anunciaba recientemente que, hasta junio, el capital extranjero acumulado en ese país superó los 90.000 millones de dólares, lo que supone un aumento del 37,4% respecto al mismo periodo del año pasado. Desde principios de año el índice RTS ha ganado en euros un 73%, gracias a la subida del petróleo. Rusia produce un 12% de la oferta mundial de crudo y un 30% está bajo el control de Estado. Si se tiene en cuenta que existe un impuesto del 90% sobre todos los ingresos de las compañías cuando el precio del petróleo está por encima de los 28 dólares por barril, es fácil imaginar la ingente inyección que está entrando en las arcas públicas del país.

A pesar de las expectativas de moderación de los precios del petróleo, no se prevén drásticas caídas en las cotizaciones. La petrolera Lukoil es una elección obligada, según Pictet, así como la constructora Enka Insta, la más grande de Moscú.

Imagen de unos intermediarios de la Bolsa de Varsovia.
Imagen de unos intermediarios de la Bolsa de Varsovia.REUTERS

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