El nuevo Barajas entra en pista

Barajas, el aeropuerto que tendrá la mayor capacidad de Europa, entra en pista, pero deberá rodar aún tres meses en pruebas para despegar el próximo 29 de enero.

Han sido ocho años de trabajos y 6.200 millones de euros de inversión para construir una nueva terminal (la T-4, y su satélite, T-4S; en realidad, dos edificios conectados en tres minutos por un tren sin conductor), que dará al aeropuerto de Madrid-Barajas capacidad para operar 90 despegues y aterrizajes por hora en 2006, con un máximo de 120 movimientos en los próximos años, frente a los 78 actuales.

Podrá mover a 70 millones de pasajeros al año (en 2004 pasaron 38,7 millones por las viejas terminales), un volumen que sólo superan los estadounidenses de Atlanta y Chicago y que en Europa sólo roza el londinense de Heathrow (67,3 millones), según el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI, en sus siglas en inglés).

Faltan asientos, bares (habrá 34 puntos de restauración), prometen quioscos para fumadores (pese a la Ley Antitabaco) y un cartel conduce a las señoras a un aseo con urinarios de pared. De momento, nada que haga pensar en retrasar la inauguración, pese a que, según explicó ayer Ángel Gallego, director de la Oficina de Transición de Barajas, se han de repetir algunos ensayos, los referidos a puertas de embarque y atraque de aviones.

Pero la prueba de fuego será el paso de 5.000 pasajeros (figurantes) por los enormes pasillos de piedra caliza, pasarelas con suelo de cristal y ascensores panorámicos, a partir del 17 de noviembre. Aeropuertos Nacionales y Navegación Aérea (AENA) ha exigido a la empresa que los selecciona que entre los figurantes haya un porcentaje de personas mayores y minusválidos, para comprobar que la nueva terminal es cómoda y accesible también para ellos.