César, lesionado por Figo en enero, recae y puede estar seis meses más de baja

Corría el mes de enero del año pasado cuando, en el Bernabéu, intentó despejar un balón. Eran sus primeros minutos de la temporada y, aun nervioso, era feliz por el hecho de pisar el césped. César Jiménez (Ávila, 1977), central del Zaragoza, logró repeler el peligro. Pero también recibió una entrada escalofriante de Figo a la altura de la rodilla izquierda, una entrada que le dejó en el dique seco para el resto de la temporada. El diagnóstico, entonces, fue contundente: rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla y rotura de fibras profundas, menisco-fibrales y menisco-femorales a nivel del ligamento colateral externo. El lunes pasado, en un partidillo y tras realizar un giro brusco, escuchó un crujido maldito. Otro diagnóstico: rotura del menisco y rotura, al menos parcial, de la plastia del cruzado anterior en la misma rodilla.

César se calzó la botas de nuevo la semana pasada para disputar un amistoso ante el Madrid. Disfrutó de 70 minutos. Pero el infortunio se cebó con él el lunes. "A falta de ver cómo evoluciona tras la operación -si la plastia (prótesis) aguanta o no-, puede estar de entre uno a seis meses de baja", explica el médico del Zaragoza, Jesús Villanueva. "Sabía que algo tenía, pero no pensaba que fuera lo mismo", alcanzó a decir César, que, apesadumbrado, evitó realizar más comentarios.