King trata de implicar a Vázquez y Graham en la muerte de Carabantes y Wanninkhof
El británico proclama su inocencia a la entrada del juicio por el asesinato de la joven de CoínEl acusado, que ha cambiado varias veces su testimonio, dice que confesó bajo tortura
Tony Alexander King, acusado de matar en 2003 a la joven de Coín Sonia Carabantes, proclamó ayer su inocencia en la primera jornada del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Málaga. El británico declaró que un hombre le golpeó por la espalda y que se despertó en su coche junto al cuerpo de Carabantes. King, para quien el fiscal pide 34 años de prisión, aseguró que dicha muerte está relacionada con la de Rocío Wanninkhof y la desaparición de otra joven de Motril, y trató de implicar en ambas a Dolores Vázquez y a su amigo, el también británico Robert Graham.
King hizo su entrada en la sala de vistas, atestada, gritando "inocente" y "no he hecho nada", para deleite de las decenas de cámaras de televisión presentes en el inicio del juicio. El acusado exclamó "¡sin pruebas!" durante la lectura de las conclusiones provisionales del fiscal, en el momento en el que se relataban los presuntos tocamientos que hizo a Carabantes. Finalmente, el presidente de la Sección Segunda de la Audiencia, José María Muñoz Caparrós, le advirtió de que a la siguiente interrupción, lo enviaría a los calabozos.
Desde ese momento, el británico, de 40 años, con pantalón y chaqueta azul marino y camisa blanca, esposado y sentado entre dos policías, permaneció en silencio. Sólo respondió a las preguntas de su letrado, Javier Saavedra, y del propio magistrado, con la asistencia de intérprete. Se negó a contestar tanto al fiscal como a la acusación particular por estar "contaminados". Su abogado intentó usar ese mismo planteamiento para recusar al tribunal, cuestión que se resolverá en sentencia.
La Fiscalía solicita un total de 34 años de prisión por los delitos de asesinato, detención ilegal y agresión sexual, así como 300.000 euros de indemnización. La acusación particular, que representa a la familia Carabantes, añade un delito de lesiones y pide 44 años de prisión y 600.000 euros.
A preguntas de su defensa, King describió su estado la madrugada del 14 de agosto de 2003, día en que desapareció Carabantes, de 17 años, al volver a su casa desde la feria de Coín, a menos de un kilómetro. Según el británico, durante la tarde y la noche había ingerido varias copas -"al menos diez bebidas grandes"- y cervezas, se había fumado varios porros y había tomado una pastilla para dormir. Cuando King, que también estuvo en la feria, fue a buscar su coche, aparcado cerca del domicilio de la joven, estaba tan borracho que "veía doble".Según King, se percató de que al otro lado de la calle había un hombre dentro de un coche blanco, al que no pudo reconocer por su embriaguez, aunque lo describió como "español". Ya en su vehículo, dio marcha atrás y chocó "fuertemente" contra algo. El británico dijo estar seguro de que se trataba de la puerta del coche blanco. Pero al salir vio el cuerpo de Carabantes tendido en el suelo, la mitad del cual se encontraba bajo una camioneta aparcada. Levantó a la joven y la puso sobre la furgoneta, momento en el que alguien le golpeó en la cabeza un par de veces por la espalda.
Cuando despertó, estaba en el asiento de atrás de su propio coche, con la joven al lado, aunque no sabía si muerta o inconsciente. Le volvieron a golpear. Recuperó la consciencia en el paraje rocoso donde seis días más tarde se encontró el cadáver de Carabantes, estrangulada con su propia camiseta. King relató que vio ropas en el suelo, las recogió y volvió a su casa en el coche, sin mencionar dónde se encontraba la joven o su supuesto agresor. Explicó que arrojó el pantalón de Carabantes por la ventanilla porque "también es padre" y quería que se encontrase su cuerpo.
Conexiones
King negó que hubiese abusado sexualmente de la joven, que la hubiese retenido o que haya matado a alguien en el tiempo que lleva viviendo en España. Después manifestó, sin que se le preguntara, que "hay conexiones entre los asesinatos de Carabantes, Wanninkhof y la chica de Motril", María Teresa Fernández, que desapareció en agosto de 2000 y que no ha sido encontrada. "Sólo un imbécil no se daría cuenta", dijo. La familia de la joven granadina dijo ayer que no descarta pedir una nueva declaración de King ante el juez que instruye su caso.
Interrogado sobre si su amigo, el británico Robert Graham, puede ser el jefe de un grupo relacionado con los tres casos, contestó: "La jefa es la puta de Dolores Vázquez, que ha pagado por todo. Graham es un profesional". También dijo que su amigo, al que ya implicó en anteriores declaraciones en la muerte de Wanninkhof, "algo tuvo que ver" con el hombre que le golpeó. El magistrado impidió que continuara hablando del caso de la joven de Mijas.
Vázquez fue juzgada por un jurado y condenada por la muerte de Wanninkhof, y llegó a pasar 17 meses en prisión. El proceso fue declarado nulo por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía por falta de motivación del veredicto. Se ordenó la repetición del juicio, pero Vázquez quedó definitivamente excluida del proceso tras la aparición de pruebas de ADN contra King. El abogado de Vázquez, Pedro Apalategui, anunció ayer una querella por injurias contra el británico, según Europa Press.
King, que tras su detención en septiembre de 2003 reconoció ser el autor de los dos asesinatos, ha cambiado su testimonio varias veces. Al principio, dijo no conocer a Vázquez, pero después aseguró que ella y Graham habían matado a la joven de Mijas. También relacionó dicha muerte con una trama inmobiliaria de multipropiedad. Ayer dijo que todo lo que contó ante la Guardia Civil y el juez de instrucción tras su detención era "falso", y que confesó bajo tortura.
Ayer testificaron los padres y varios amigos de Carabantes, que a la salida de la vista mostraron su dolor. También declaró María Luisa Gallego, que convivía con King en el momento de los hechos en Alhaurín el Grande, pueblo cercano a Coín. Según relató, a las 8.30 del día 14, King volvió a casa con heridas en una mano y en las piernas y con mucha sangre, aunque le dijo que se debían a un accidente de tráfico. La ex compañera sentimental del acusado dijo que se fue a trabajar, y que al volver, King había lavado ya el pantalón corto que llevaba. También dijo que nunca había sido violento con ella.
Otro joven declaró que hacia las 5.30 de ese día, vio a un hombre en vaqueros andando a paso ligero cerca de la casa de Carabantes y meterse en un coche de color claro. El abogado de King, Saavedra, valoró este testimonio, que podría indicar, según él, la autoría de otra persona.
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