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Reportaje:CRÓNICA EN VERDE

Los habitantes del mar

La Universidad de Córdoba elabora un Atlas de los Peces Continentales de Andalucía

Cuando se habla de la riqueza faunística de Andalucía la imagen que se proyecta al gran público suele estar dominada, como lamentan algunos conservacionistas, por los "animales de pelo o pluma". Mamíferos y aves concentran no sólo la atención de los ciudadanos sino, incluso, la de los propios especialistas, ya que abundan los trabajos de investigación centrados en estos dos grupos mientras que, por ejemplo, escasean aquellos referidos a los insectos o a los peces.

Contra este olvido viene batallando desde hace tiempo Carlos Fernández Delgado, responsable del grupo de investigación Aphanius, integrado en el Departamento de Zoología de la Facultad de Ciencias de Córdoba. Su actividad se ha centrado en los peces de aguas continentales, desarrollando, por ejemplo, los principales estudios en relación con el fartet, una de las especies autóctonas más amenazadas de la que, incluso, llegó a describir una variedad exclusiva de aguas andaluzas: el fartet atlántico o salinete.

En opinión de Fernández Delgado, "el medio acuático andaluz, al igual que el del resto de las comunidades autónomas españolas, está sometido a un intenso manejo por parte del hombre, proceso que ha dado lugar a profundas y graves alteraciones que afectan, sobre todo, a los organismos que habitan estas aguas". La lista de problemas es extensa, y en ella se incluyen la contaminación, ya sea por vertidos directos o por aguas de escorrentía que contienen diferentes sustancias tóxicas; las extracciones de agua que se realizan directamente de los ríos y arroyos, o mediante derivaciones y trasvases; las modificaciones de los cauces, debidas a la construcción de embalses y represas, la ejecución de diferentes obras hidraúlicas o el aprovechamiento de áridos; la pérdida de la cobertura vegetal que antaño cubría las márgenes, o la colmatación de las cuencas debido, precisamente, a la deforestación.

En resumen, concluye Fernández Delgado, "se está produciendo una destrucción, fragmentación y degradación de las aguas continentales, y los peces son los componentes más importantes y visibles de este medio, por lo que es imprescindible actuar a favor de su conservación ya que protegiendo a este grupo de vertebrados también estamos protegiendo al resto de organismos que conviven con ellos". De esta manera, los problemas a los que se enfrenta este grupo animal son numerosos, con la circunstancia agravante de que escasean los estudios que se han realizado sobre el mismo. Por este motivo, no abundan los datos, fiables, a propósito de la distribución o el estado de conservación de aquellas especies autóctonas más valiosas. "Apenas", precisa Fernández Delgado, "se han llevado a cabo muestreos puntuales, repartidos de forma irregular a lo largo de los últimos diez años".

A pesar de todo, sí que se sabe que más del 80% de los peces continentales autóctonos, que habitan en aguas andaluzas, se encuentran sometidos a algún grado de amenaza de acuerdo a las categorías establecidas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), tal y como queda recogido en el Libro Rojo de los Vertebrados Amenazados de Andalucía. De un total de 20 especies catalogadas, una se encuentra extinguida, cinco se señalan en "peligro crítico", otras cinco en "peligro" y siete más se consideran "vulnerables".

Con el objetivo de remediar este vacío de conocimiento para poder así neutralizar las amenazas que sufren estos animales, la Consejería de Medio Ambiente ha decidido firmar un convenio de colaboración con la Universidad de Córdoba, de manera que el grupo de investigación Aphanius, con Carlos Fernández a la cabeza, pueda embarcarse en la elaboración del primer Atlas de los Peces Continentales de Andalucía. En un plazo de tiempo relativamente breve (tres años) podrá disponerse de una detallada cartografía en donde quede registrada la situación de todas las especies de peces autóctonos sobre cuadrículas de 10 x 10 kilómetros, en cada una de las cuales se realizarán, al menos, tres muestreos, a los que se unirán más de 1.100 muestreos en el cauce principal del Guadalquivir.

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Con esta información será posible identificar aquellos tramos fluviales de especial importancia para la conservación de la ictiofauna autóctona y proponer, en cada caso, planes de conservación que podrían incluir tareas de restauración del propio cauce. "La información que recopilemos servirá para revisar las fichas de peces que figuran en el Libro Rojo de los Vertebrados Amenazados de Andalucía, y también nos ayudará a determinar la evolución, y distribución, de las especies invasoras, que están causando graves daños a nuestras especies autóctonas", concluye Fernández Delgado.

Invasión oculta

La principal amenaza a la que se enfrentan los peces autóctonos de aguas continentales es aquella derivada del progresivo aislamiento de sus poblaciones, al haber sucumbido un buen número de enclaves en donde podían desarrollarse. Este proceso conduce a una pérdida de variabilidad genética, los individuos son cada vez más parecidos, y esto disminuye su capacidad adaptativa, de modo que acaban siendo muy vulnerables.

La reproducción de estos animales también se ve hipotecada por la desaparición de aquellos puntos que reunían las condiciones más adecuadas para el desove (frezaderos), o por la dificultad para alcanzarlos ante obstáculos artificiales, como presas o encauzamientos

El régimen hidrológico natural de nuestros ríos, explica Carlos Fernández, "ha cambiado para adaptarse a las necesidades agrícolas, de manera que ahora llevan su máximo caudal en verano y el mínimo en otoño y primavera". Esta modificación afecta a las especies autóctonas y beneficia a las exóticas, que compiten con las primeras.

Lucio, carpa, carpín, black-bass, siluro, gambusia o fúndulus, eran peces desconocidos en nuestro país que hoy compiten, de manera muy agresiva, con especies ibéricas amenazadas, como el fartet o el samaruc.

En Andalucía se da ya por extinguido al espinoso, un pez de pequeño tamaño que habitaba en lagunas litorales y estuarios como el del Guadalquivir, y se mantienen remotas esperanzas de que no se encuentre ya en esta misma circunstancia el esturión. En peligro crítico se catalogan la bogardilla, el fartet, el salinete y el fraile, y en peligro la lamprea marina, el sábalo, la saboga, la trucha común y el jarabugo.

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