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Crítica:POP | Iván Ferreiro
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Canciones, canciones, canciones

Un político comunista español acudía a aquello de "programa, programa, programa" para explicar los argumentos que podrían convencerle a dar su apoyo (puntual o definitivo) a otra formación política. En el mismo sentido, los argumentos del vigués Iván Ferreiro para convencer a cualquier adicto al pop son, precisamente, eso: "Canciones, canciones, canciones".

No hay más truco, aunque frecuentemente se olvida: el pop subsiste y se hace grande por ellas. Otra cosa son las cancioncillas, que es lo que suele confundir, y que son esas que suenan mucho por la radio por ser facilonas, banales y pegadizas. Las de Ferreiro son de las de peso y argumento. Apasionadas y emocionantes, no suenan mucho por las emisoras convencionales, pero los que las conocen no las cambiarían por otras.

Iván Ferreiro

Iván Ferreiro (voz y guitarra), Amaro Ferreiro (guitarra y voces) y Karlos Aranzegui (batería). Invitado: Quique González. Sala Arena. Madrid, 13 de octubre.

Y es que de emociones es de lo que trata Iván Ferreiro en sus canciones y conciertos. Con su hermano Amaro y el baterista cómplice, la sencillez es lo que impera. Su desvalida y angustiada voz no precisa más adornos: sólo esa tormenta eléctrica incesante. La respuesta de la gente es consecuencia de todo: pocos son los que no corean todas las estrofas -que no estribillos, aunque sí frases repetidas- de piezas tan incontestables como Estrella de la muerte, Son preciosos nuestros besos, Canciones para el tiempo y la distancia o Espectáculo, todas ellas de su disco debú. Recurrió también a su pasado con Piratas, y hasta recrea al desgarrado genial mexicano José Alfredo Jiménez con Pa todo el año.

Años 80, un viejo éxito con su anterior grupo, sirvió al invitado sorpresa, Quique González, para arrancar la tanda de bises. En la sala se vive cerca del delirio, pues, juntos, Iván y Quique, forman una pareja explosiva y apasionada, que se dejan el alma en la interpretación. La intensidad siguió con Ciudadano A y Turnedo, con González aún en la tarima, y un final trepidante donde se mezclaban frases del Alicia de Bunbury, con el It's only rock 'n' roll de los Stones, y el Insurrección de El Último de la Fila. Era abundar en eso de que para seguir ahí, sólo sirven las canciones, canciones, canciones...

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